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Voto de Grijander:
12,510
Fantástico. Aventuras. Acción
Finales del siglo XVI, principios del XVII. Cuento épico (basado en un personaje del creador de Conan) cuyo protagonista es un soldado que vive atormentado por sus actos del pasado y que busca la redención luchando contra un siniestro poder que amenaza su reino. Solomon Kane es un guerrero puritano cuya única meta en la vida es terminar con la maldad en todas sus formas. Sus aventuras lo llevan desde los oscuros submundos de las ... [+]
27 de octubre de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Puede alguien fijarse en la estética de Ghost Rider y Eragon tomándola como referencia? Si. Michael J. Basset puede.
Ahora que está de moda gastarse el triple de lo necesario para hacer una película con la bandera "serie b" en lo alto del mástil, una especie de ONU del cine, decide adaptar una obra que (dato wikipédico) se publicó entre 1928 y 1932, editándose más tarde 5 comics (en 2008 concretamente). La estética del tebeo parece ser que debe asemejarse, y de ahí que la película se aproveche de ella, intentando convertirla en su mayor exponente.
Los exteriores son fantásticos, y los tres o cuatro primeros minuto de la película te hacen pensar que puedes estar ante un película como poco entretenida. Pues no. Es una mierda.
Solomon Kane resulta que no quiere ir al infierno y tal, porque no le gusta la barbacoa y pasa de jugar al mus con Saddam, Hitler y un señor invidente que atropelló a un gato con una segadora. Para evitarlo, intenta redimirse, cinturón de castidad en mano, apoyándose en un Dios que, como siempre, no acude si no le enseñas la cartera. Entre unas cosas y otras, se nos mete algún flashback para que sepas que Solomon también fue jóven aunque por aquel entonces no estuviesen de moda las deportivas con cámara de aire. Dichos flashbacks son necesarios para la historia, pero a pesar de ser cortos, parecen un poco metidos con calzador.
El tema de los cementerios, las iglesias y todo el tema, vale que recalque el contexto en el que se desarrolla la trama, pero acaban sobrando y se hacen empalagosas. Las escenas de acción son confusas, y el tema del eje se lo pasan por lo que viene siendo el forro de las canicas de pasión, saltándoselo una y otra vez sin ningún tipo de vergüenza.
¿Y la escena con cámara aérea del mosquetero matabrujas? Gracias a Dios me pilló con el estómago vacío, porque si la veo después de comer probablemente aún esté pegado a la taza del váter.
Nada, que para los que les guste, que propongan juntar a Michael J. Basset, a Nicolas Cage y a un dragón. Salpicado con unos cuantos demonios, seres mágicos y mucho fuego. Delicioso. Un plato de alta cocina. Yo es que soy más de tortilla de patatas.
Ahora que está de moda gastarse el triple de lo necesario para hacer una película con la bandera "serie b" en lo alto del mástil, una especie de ONU del cine, decide adaptar una obra que (dato wikipédico) se publicó entre 1928 y 1932, editándose más tarde 5 comics (en 2008 concretamente). La estética del tebeo parece ser que debe asemejarse, y de ahí que la película se aproveche de ella, intentando convertirla en su mayor exponente.
Los exteriores son fantásticos, y los tres o cuatro primeros minuto de la película te hacen pensar que puedes estar ante un película como poco entretenida. Pues no. Es una mierda.
Solomon Kane resulta que no quiere ir al infierno y tal, porque no le gusta la barbacoa y pasa de jugar al mus con Saddam, Hitler y un señor invidente que atropelló a un gato con una segadora. Para evitarlo, intenta redimirse, cinturón de castidad en mano, apoyándose en un Dios que, como siempre, no acude si no le enseñas la cartera. Entre unas cosas y otras, se nos mete algún flashback para que sepas que Solomon también fue jóven aunque por aquel entonces no estuviesen de moda las deportivas con cámara de aire. Dichos flashbacks son necesarios para la historia, pero a pesar de ser cortos, parecen un poco metidos con calzador.
El tema de los cementerios, las iglesias y todo el tema, vale que recalque el contexto en el que se desarrolla la trama, pero acaban sobrando y se hacen empalagosas. Las escenas de acción son confusas, y el tema del eje se lo pasan por lo que viene siendo el forro de las canicas de pasión, saltándoselo una y otra vez sin ningún tipo de vergüenza.
¿Y la escena con cámara aérea del mosquetero matabrujas? Gracias a Dios me pilló con el estómago vacío, porque si la veo después de comer probablemente aún esté pegado a la taza del váter.
Nada, que para los que les guste, que propongan juntar a Michael J. Basset, a Nicolas Cage y a un dragón. Salpicado con unos cuantos demonios, seres mágicos y mucho fuego. Delicioso. Un plato de alta cocina. Yo es que soy más de tortilla de patatas.
