Mítica película de terror y ciencia ficción de los 80 que es una película de culto por derecho propio. 'Carol Anne' es ya una de las imágenes del miedo, de esas que te tiemblan las piernas nada más verlas. Sin embargo, tanta bufonada en la última hora de metraje, desluce mucho el total de la película.

Tom Hooper, autor, entre otras, de 'La Matanza de Texas', dirige la obra escrita y producida por el gran Steven Spielberg. El guión no es extraordinariamente novedoso, aunque sí tiene puntazos y está bien desarrollado. Hooper tiene temple a la hora de dirigir, de eso no hay duda en 'Poltergeist' (luego su carrera no ha sido la hostia), como demuestra con un sinfín de escenas para el recuerdo que, quizás, no hubieran sido lo mismo en manos de otro director. El pasillo eterno, las escenas del payaso, la del árbol... y un largo etcétera, son los puntos a favor de la película, todos ellos fantásticamente rodados. Sin embargo, una vez sobrepasado el minuto 40, la película baja notablemente. Comienzan a aparecer bufonadas y se ensucia el producto de forma innecesaria, siendo buenos ejemplos la escena del "acojonao" frente al espejo o la del filete "autónomo".

Heather O'Rourke es parte de la historia del cine. La jóven actriz, que falleció con solo 12 años, es ya una imágen tan característica de cine de terror como las gemelas de 'El resplandor', 'Freddy Krueger' o George Bush. Su interpretación no es nada del otro mundo, pero su papel y las circunstancias de su muerte la han convertido en mito. Craig T. Nelson realiza una más que aceptable actuación. Sin ser un actor de personajes muy profundos, Nelson siempre ha sido cumplidor y, en cierto modo, un seguro. JoBeth Williams, a mi entender, es la mejor de todos en el apartado interpretativo. Su personaje tampoco es excesivamente complejo (la película se centra en la historia y no en los personajes), pero la chica está a un nivel alto, manejando en todo momento la situación con soltura.

Resumiendo, que es gerundio: película mítica de los 80 que tendría dos secuelas y que crearía un montón de leyendas urbanas a su alrededor (algunas de ellas bastante inquietantes). Las interpretaciones no son lo mejor, aunque todos están correctos y JoBeth Williams sube la media. En lo puramente técnico, la factura es soberbia e innovadora, aunque peca de querer rizar demasiado el rizo. De todos modos, merece ser considerada una de las mejores películas de terror del cine.