Siempre he pensado que para realizar una excelente película se necesita muy poco: algo bueno que contar, excelentes actores y armar las escenas sin complicaciones. El discurso del rey es a mi opinión una de esas películas que te dejan ese sabor en la boca de haber probado algo sublime. Graciosa, humana, emotiva y sobretodo con diálogos propios de la vida misma, lo que le da esa sensación de cercanía al espectador. El ejercicio de colocar en los encuadres destacados al actor al lado izquierdo de la pantalla, es un truco magnifico para captar atención y colocar película en la época adecuada. Colín Firth se muestra soberbio y da una emotiva actuación, llena de fluctuaciones entre soberbia y humildad autentica, trasmitiendo naturalidad en el personaje que acerca al rey al común de los humanos, con sus temores y frustraciones...como cualquiera de nosotros y a su vez con la sobriedad típica de los personajes de la realeza británica.
En cuanto a otras actuaciones, como siempre Geoffrey Rush nos deleita con su magnifica actuación llena de desparpajo y naturalidad. Helena Bohan Cárter aporta la distinción del semblante de la realeza con una naturalidad que enamora, sin caer en soberbias innecesarias......merece un gran premio. Recomiendo altamente verla y disfrutar de una historia contada en forma simple que te hace identificaste con los retos que día a día afrontamos en nuestras pequeñas vidas.