Divertida comedia española que no viene a aportar mucho al género, pero que deja algunas escenas graciosas llenas de maldad e irreverencia. Culpables de esta sucesión de gags a cada vez más "cruentos", la pareja protagonista de esta película demuestra estar en buena forma cómica y nos brindan un divertido tour de force: Miren Ibarguren (Aída) y Paco León (Toc Toc). Son ellos quienes se llevan la palma de esta producción dirigida a todos los públicos, pero con cierta reserva, porque algunas bromas van más allá del entendimiento infantil. Este es uno de los puntos que pueden atraer a una audiencia múltiple. A la pareja protagonista acompañan el trío de chavales que sufren las consecuencias del divorcio... y no lo hacen mal. Como secundarios hallamos a un Berto Romero (Ocho Apellidos Catalanes) muy friki o Miquel Fernández (Adú). Tras las cámaras se sitúa Dani de la Orden (El Pregón), que demuestra que tiene talento para manejar comedias tal y como demuestra en su filmografía. Tiene, en este caso, la facultad de hacer que los dos protagonistas se lleven todos los focos de la acción y con acierto provoca que la cámara los busque.

Resumiendo, esta es una comedia ligera, que no pasará a los anales de la historia pero que resulta ser muy competente dentro de sus límites. Deja muchas escenas divertidas, con un par de actores en estado de gracia cómico, dotados de mucha naturalidad. Además, no desmejora con respecto a la producción francesa en que se basa, creando un remake con esencia propia. Por tanto, señores, no huyan del cine patrio que últimamente nos deja películas muy meritorias. Incluso en la comedia de género gamberro, por así decirlo, vamos haciendo cosas muy divertidas; y esta producción merece su visionado aunque sea sólo para hacernos olvidar todo lo que nos rodea durante un ratillo.