A nivel de entretenimiento es una película a la que no hay que ponerle ningún pero, ya que cumple las expectativas para las que ha sido engendrada. Además, expresa ciertas connotaciones de nostalgia, como una expresión de que lo que conocemos como Liga de la Justicia se va a romper debido a la revolución que tiene pensada hacer James Gunn. Con este horizonte lleno de nubarrones y con los escándalos de Ezra Miller (Animales Fantásticos y dónde Encontrarlos), Flash está llamada a ser la cinta que acabe con ese universo DC que empezó a crear (con sus claros y oscuros) Zack Snyder. No sabemos si tomarán de partida la irrupción de los multiversos aquí creados, pero al finalizar la función deja un poso de cambio. No lo digo por los cameos, que parecen más homenajes y guiños que una apuesta a seguir por esos derroteros, si no por la posible eliminación de ciertos actores. Hasta aquí mis diatribas adivinatorias.

Como cinta de superhéroes, Flash cumple muy bien y nos deja un puñado de escenas espectaculares ralentizadas (obviamente), el humor que cabe esperar de Miller (aunque al cuadrado llegue a cargar mucho), la presentación de una escueta y convincente Sasha Calle en su primera aparición en un largometraje, y como no podría ser menos el regreso de Michael Keaton (Birdman) al rol de Batman. Y menudo regreso. Se nota en el ambiente y la presencia del actor, que parece que no ha olvidado lo que es volver a ponerse la máscara del hombre murciélago después de 30 años. Sin dudas, lo más acertado de una producción que prometía ser muy loca y que ha cumplido con algunas de las expectativas que esperábamos. También incluye en el cast a nuestra actriz española Maribel Verdú (Blancanieves), Ron Livingston (Expediente Warren), y repitiendo en su papel Michael Shannon (Puñales por la Espalda), Ben Affleck (Argo) y Jeremy Irons (La Jungla 3). Tras las cámaras, el argentino Andy Muschietti (It - 2017) aporta una buena realización y ritmo para una producción que se mueve con velocidad (como su protagonista).

A pesar de dejar cabos sueltos y no desarrollar ciertas ideas y personajes, cumple las expectativas, yendo al grano sin tribulaciones con una premisa primordial: la escritura del destino y las consecuencias de cambiarlo. Pero, si fueras Flash, ¿no tendrías la tentación de cambiarlo?