Amalia (Essie Davis) vive sumida en una profunda depresión originada principalmente por la pérdida de su marido y padre de su hijo. Por otro lado, se nos muestra a Samuel (Noah Wiseman), hijo de Amalia, como un niño repelente y con problemas de adaptación. Este niño percibe una muy especial presencia. Se trata de Mr. Babadook, un monstruo que acechará la vida de ambos, la de madre e hijo, colándose en sus adentros sin pedir permiso.

Este monstruo, en un principio, proviene del libro homónimo que yacía en las estanterías polvorientas de la casa. Esa casa triste y gris en la cuál conviven personas y miedos escondidos.

La lucha contra este monstruo determinará el camino de esta familia el resto de sus vidas.

Mucho se ha hablado del significado y mensaje del porque de la aparición de este monstruo y muchas de esas interesantes teorías hacen que esta película gane enteros y no muera como una simple historia de terror sin más.

Aquí el terror va más allá.

Jennifer Kent, directora de esta cinta, con su ópera prima consigue una muy lograda ambientación con pocos recursos. Tira de clichés típicos del género pero lo hace con elegancia, con sobriedad y saber hacer.

Los papeles protagonistas interpretados por Davis y Wiseman son notables y los dotan de fuerza y credibilidad.

Este conjunto consigue crear, sin prácticamente sustos, una historia de terror de verdad.