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Voto de Argoderse:
8
Intriga. Thriller Después de cometer un error que costó la vida de uno de sus colegas y dejó tetrapléjico a su mejor amigo, el inspector Carl Mørck (Nikolaj Lie Kaas) atraviesa una de las peores épocas de su vida. Su sentimiento de culpabilidad aumenta cuando su jefe y la prensa dudan de su actuación. Relegado a un nuevo departamento dedicado a casos no resueltos, Carl, junto a su nuevo compañero de origen sirio Hafez al-Assad (Fares Fares), ve la ... [+]
2 de junio de 2015
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las apariencias engañan. Y en cine más todavía. Porque Dinamarca, como el resto de países nórdicos, tiene esa vítola de frialdad -bien merecida, por cierto- que en nada se asemeja a su celuloide. Especialmente aquel que bucea en el trhiller o el drama -sirva de muestra Flame y Citron o La Caza y La Ceremonia, ambas facturadas por Thomas Vinterberg, uno de los cineastas precursores del Dogma 95-, sin olvidar unas más que sobresalientes comedias con tintes dramáticos -Italiano para principiantes, Wilbur se quiere suicidar, de Lone Scherfig- que ejemplifican la calidad del séptimo arte danés.

A esa categoría se añade ahora Misericordia (Los casos del Departamento Q), un intenso trhiller policiaco, tenso y claustrofóbico basado en la novela La mujer que arañaba las paredes, perteneciente a la serie de libros Departamento Q, escrita por Jusii Adler-Olsen. Una saga que narra las investigaciones de los detectives Carl Mørck -Nikolaj Lie Kaas (Ángeles y Demonios)- y Hafez al-Assad -Fares Fares (El invitado, La noche más oscura)-, dos sabuesos implacables relegados a un Departamento decrépito, casi sin responsabilidad y en el que se almacenan casos otrora archivados.

Mikkel Nørgaard dirige tras las cámaras esta apasionante película que ahonda en la psicología y la miseria humana y los caprichos del destino que unen de forma macabra las vidas de las personas. Infortunios del azar que provocan una serie de acontecimientos rodados con más claros que oscuros y que regala escenas que recuerda en muchas ocasiones a Seven (1995). Hay que admitir que aunque los flashbacks aquí si acompañan a la historia, algunas secuencias -sobre todo en el desenlace- están ejecutadas con poca sutileza, lo que impide llegar a la excelencia en la realización.Y a pesar de ello la labor de montaje no queda empañada.

Pero qué es esto en comparación con una inmensa labor interpretativa y una historia que engancha de principio a fin. A priori podría ser todo pero gracias al magnetismo de los personajes y la trama, los momentos flojos de la dirección quedan afortunadamente en un segundo plano; algo parecido a lo que ocurre con Fallen (1998). Y ese éxito hay que apuntárselo a Nicolaj Arcel, el director de la brillante Un asunto real -se entiende la participación de Mikkel Boe Følsgaard- y que en este caso se encarga de adaptar la novela de Adler-Olsen.

Como buen adaptador, la historia no pierde ninguna de las esencias del original y sus licencias en los diálogos acentúan más si cabe lo notable del filme. Una cinta que ya tiene preparada su secuela bajo el título de Profanación y que si es capaz de rozar la calidad de su predecesora, a buen seguro que estos implacables detectives seguirán dando que hablar.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Argoderse
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