En un árido y tranquilo desierto situado al suroeste de los Estados Unidos que en otros tiempos sirvió como escenario para experimentos nucleares, están ocurriendo una serie de extraños sucesos. Una virulenta ola de crímenes se está cobrando la vida de personas inocentes sin que la policía encargada de mantener el orden en la zona parezca encontrar una pista esclarecedora que les ponga tras la estela del responsable de los asesinatos.

Después de investigar escrupulosamente todos los lugares donde se cometieron los crímenes, los agentes encuentran una serie de coincidencias que se convertirían en una constante a seguir; una de ellas es la aparición de unas misteriosas huellas que les resultan totalmente desconocidas, y entre otras hipótesis, también abrigan la certeza de que el asesino no actúa por dinero ya que nunca hay señales de robo en cajas fuertes o carteras. En cambio el asesino se podría catalogar como un perturbado, pues parece que matase solo con el absurdo móvil de ir a por el azúcar de los lugares que visita...

Como los agentes de policía no consiguen encontrar una explicación lógica a todo el asunto, solicitan la ayuda del FBI. En seguida llegarán como apoyo para su investigación, un agente federal, y dos científicos especializados en Entomología. Poco tiempo les llevará descubrir la horrible verdad; no van tras la pista de un hombre, van tras la pista de unas hormigas gigantes que pronto, y si no actúan rápido, extenderán el pánico a la ciudad de Los Ángeles.

Con un formato puramente de serie B (desde los actores, hasta la puesta en escena...), y con un encanto especial típico de aquellas producciones de los años 50 sobre monstruos mutantes y marcianos, La Humanidad en Peligro nos ofrece una entretenidísima historia tan llena de fantasía como de pánico a la por entonces "nueva era bélico-nuclear". Tan cutre como divertida, es una película de esas que si no la tomas muy en serio te gustan a reventar; tiene su dosis de intriga, de acción, e incluso tiene un personaje que es una pequeña joyita cómica, el doctor Menford.

Eso sí; si eres de los que se toma todo el cine en serio y no te gusta perder el tiempo en pequeñas producciones con toques freaks mejor que ni te acerques. Avisados están.

Un 5 de nota. Ya tardan en disfrutarla.

Y no quemen más hormigueros joder, que si un día a los sufridos animalitos les da por vengarse ya vereis dónde vamos a acabar...