Alejada bastante de los otros trabajos que he visto de Boyle (Trainspotting, La playa, 28 días después), "Slumdog Millionaire" ha conseguido, al igual que las anteriores películas, ganar mi simpatía por completo.

Desde el chocante comienzo en la sala de interrogatorio (¿o deberíamos decir de torturas?), te deja atónito ante la pantalla y queriendo ver más. El estilo narrativo, basado en continuos flashbacks sobre la vida de los pequeños Jamal y Salim, hace más interesante aún la propuesta.
Cabe destacar la escena del principio (cuando los niños están jugando en la pista de aterrizajes y su posterior huída de los guardias de seguridad), con ese ritmo trepidante acompañado genialmente por el tema "O...Saya" (que en mi opinión es mucho mejor que el de "Jai ho") y las increíbles imágenes de Bombay.