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Voto de Jaime Flores:
10
7.6
7,531
Serie de TV. Drama
Miniserie de TV (2014). 4 episodios. La protagonista es Olive Kitteridge (Frances McDormand), una profesora de matemáticas de mediana edad que trabaja en un pequeño pueblo de Maine (Nueva Inglaterra) y que está casada con Henry (Richard Jenkins), un farmacéutico de buen corazón. Basada en la novela de Elisabeth Strout, galardonada con el premio Pulitzer. (FILMAFFINITY)
17 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Olive Kitteridge” me ha restaurado en un devoto de Frances McDormand, lo que es un auténtico hito, ya que su forma de estar en pantalla, tan forzada y extravagante, me repelía... Hasta que llegó “Olive Kitteridge", con la que he pasado de detestarla por hacer siempre de sí misma a amarla por ello.
La serie son Olive y su marido, pero fundamentalmente ella, y poco importan la ratona, el loco, el otro y el de la moto si no se cruzan con el matrimonio protagonista. Poco se habla del papelón que hace Richard Jenkins, un actor que engrandece todos los productos en los que aparece, muy por encima de un Bill Murray sobrevalorado por los siglos de los siglos...
Pero a lo que iba, Henry Kitteridge es un ser extraordinario, es la calma frente a la locura de su mujer, la bondad frente a la rudeza, el vaso medio lleno frente al vaso medio vacío. Sus diferencias son tan abismales que parecen insalvables, pero él ve en ella su ternura, su carisma y su talento, aún estando enterrados bajo un manto de antipatía y torpeza. Sí, he dicho talento, porque una señora que reconoce que tiene rasgos depresivos pero que eso es bueno porque es signo de inteligencia es alguien con mucho talento. Alguien a quien terminas entendiendo, y valorando, y queriendo, aunque sin justificar sus sombras: ser su hijo debe dejarte herido de muerte.
En resumen, “Olive Kitteridge”, aunque extraña y turbadora y con un guión abrupto, termina siendo de gozosa digestión porque es absolutamente triste siendo divertida a rabiar, y romántica aún mostrando un desprecio que asusta, y tan desoladora como esperanzadora, siendo estas dualidades, que no son más que un signo de profundidad, las que hacen de "Olive Kitteridge" una de esas obras es las que me quedaría a vivir.
La serie son Olive y su marido, pero fundamentalmente ella, y poco importan la ratona, el loco, el otro y el de la moto si no se cruzan con el matrimonio protagonista. Poco se habla del papelón que hace Richard Jenkins, un actor que engrandece todos los productos en los que aparece, muy por encima de un Bill Murray sobrevalorado por los siglos de los siglos...
Pero a lo que iba, Henry Kitteridge es un ser extraordinario, es la calma frente a la locura de su mujer, la bondad frente a la rudeza, el vaso medio lleno frente al vaso medio vacío. Sus diferencias son tan abismales que parecen insalvables, pero él ve en ella su ternura, su carisma y su talento, aún estando enterrados bajo un manto de antipatía y torpeza. Sí, he dicho talento, porque una señora que reconoce que tiene rasgos depresivos pero que eso es bueno porque es signo de inteligencia es alguien con mucho talento. Alguien a quien terminas entendiendo, y valorando, y queriendo, aunque sin justificar sus sombras: ser su hijo debe dejarte herido de muerte.
En resumen, “Olive Kitteridge”, aunque extraña y turbadora y con un guión abrupto, termina siendo de gozosa digestión porque es absolutamente triste siendo divertida a rabiar, y romántica aún mostrando un desprecio que asusta, y tan desoladora como esperanzadora, siendo estas dualidades, que no son más que un signo de profundidad, las que hacen de "Olive Kitteridge" una de esas obras es las que me quedaría a vivir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
"Este mundo me desconcierta. Aún no quiero abandonarlo".