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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Drama Cuatro niños, hijos de distinto padre, viven felices con su madre en un pisito de Tokio, aunque nunca han ido al colegio. Un buen día, la madre desaparece dejando algo de dinero y una nota en la que encarga al hijo mayor que se ocupe de sus hermanos. Condenados a una dura vida que nadie conoce, se verán obligados a organizar su pequeño mundo según unas reglas que les permitan sobrevivir. Sin embargo, el contacto con el mundo exterior ... [+]
3 de octubre de 2005
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarto largometraje de Hirokazu Kore-eda, del que es director, guionista, productor y montador, basado en un hecho real de 1988. Obtuvo el premio al mejor actor del Festival de Cannes. Formó parte de la sección oficial de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

La acción tiene lugar en Tokio, entre otoño 2003 y verano 2004, en el mismo tiempo que la filmación. Narra la historia de Akira Fukushima (Yuga Yagira), de 12 años, y sus hermanos Kyoko, Shiferu y la menor, Yuki, de 5 años. No están inscritos en el Registro, no han ido nunca a escuela, no todos son hijos del mismo padre. La madre, Keiko (You), de trato dulce y cariñoso, se instala con ellos en un piso de Tokio, hasta que los deja para ir a trabajar a Osaka. Regresa en invierno con regalos y algo de dinero, recoge su ropa de invierno y se despide hasta las Navidades. Akira, responsable de los hermanos, cuando ve que los recursos escasean busca al padre, taxista, que le da un billete y se desentiende de él. La narración explica la vida de cuatro hermanos, recluídos en un piso de 41 m2, donde viven en armonía, estudian, juegan, ven la TV, comparten comida, dibujan y se mantienen muy unidos. No hacen ruído, no salen a la calle, no se asoman al balcón, como les dijo su madre. Nadie les conoce. La narración está hecha desde el punto de vista de un niño que ve las cosas con ingenuidad e innocencia. El relato es sencillo, directo, fresco, natural e intimista. El espectador se identifica con los niños y se enamora de ellos. Simbolizan a todos los niños abandonados del mundo. Las escenas más conmovedoras muestran la última moneda de la última llamada telefónica, la llamada de Akira a un número donde su madre se identifica como Sra. Yamamoto (el niño ve que su madre no volverá), la alegría de los chicos cuando Akira los lleva al parque, la progresiva degradación de la vivienda (desorden, residuos, olor) a partir del corte de luz y agua, la penúltima escena y la última en que Akira y su amiga Saki (Hanae Kan) se alejan y vuelven la mirada atrás mientras se congela la imagen (homenaje a "Los cuatrocientos golpes", de Truffaut).

La música, original del dúo Gontiti, de guitarra y ukelele, es suave y sosegada. Takako Tate (la cajera del supermercado) canta "Jewel", el tema final. La fotografía hace uso frecuente de primeros planos. Se fija en detalles que expresan sentimientos: piano miniatura, dedo dibujando en el vaho del cristal, caja de bombones, zapatos rosa de Yuki. El guión contiene numerosos recuerdos autobiográficos de la infancia del autor. El papel de madre corre a cargo de una actriz de TV que debuta en cine. La dirección conduce el rodaje con pericia, amor a los niños y habilidad suficiente para extraer de ellos actuaciones directas y sinceras.

Drama de unos niños perdidos, abandonados, ignorados y desconocidos, contado con un realismo tan entrañable como doloroso y perturbador.
Miquel
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