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Voto de Miquel:
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130,428
Animación. Ciencia ficción. Romance. Infantil
En el año 2800, en un planeta Tierra devastado y sin vida, tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido -limpiar el planeta de basura- el pequeño robot WALL•E (acrónimo de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida (además de recolectar cosas inservibles) cuando se encuentra con una moderna y lustrosa robot exploradora llamada EVE. Ambos viajarán a lo largo de la galaxia ... [+]
7 de julio de 2009
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film de dibujos animados por ordenador realizado por Andrew Stanton, codirector de anteriores producciones de Pixar/Disney, como “Bichos” (1998) y “Buscando a Nemo” (2003). El guión, de Andrew Stanton y Jim Reardon, desarrolla un argumento original de Andrew Stanton y Pete Docter. Se rueda en Pixar Studios, en 3D, con un presupuesto estimado de 180 M USD. Nominado a 6 Oscar (guión, música original, canción, sonido, edición y film animado), obtiene uno (film de dibujos animados). Producido por John Morris para Pixar y Disney, se proyecta por primera vez en público el 23-VI-2008 (preestreno, Greek Theater, L.A.).
La acción dramática tiene lugar en el año 2775 (s XXVIII) en la Tierra, en la nave AXIOM (donde viven refugiados los seres humanos), la nave que lleva una misión de exploración del AXIOM a la Tierra y el espacio sideral. WALL•E es un robot del antiguo equipo de limpieza de la Tierra programado (2105) para recoger, reducir y almacenar residuos. Al fallar el plan de limpieza (2110), la megacorporación que gobernaba el planeta (“Buy n Larg” (BnL)) suspende la limpieza y aloja a los seres humanos en la nave AXIOM, que sitúa en órbita sideral estable. WALL•E son las siglas de la compañía “Waste Allocation Load Lifter-Earth Class”, que se encargó de la frustrada misión de limpiar la Tierra. Es el único superviviente del equipo y el único elemento que se mueve en el planeta. Dispone de 3 brazos con manos y dedos, ve a través de un sistema binocular, tiene forma de caja, se alimenta de energía solar y se mueve como un todoterreno con dos cadenas de rodadura. Lleva casi 700 años trabajando durante las horas diurnas y descansando por la noche, reproduciendo el mito de Sísifo (metáfora de la inutilidad del esfuerzo continuo del hombre moderno). Es aficionado a coleccionar objetos singulares (cubo Rubik, encendedor zippo, muñecos, luces navideñas...) y una vetusta cinta de video con la película “Hello, Dolly!” (Kelly, 1969), que mira con frecuencia.
EVE, siglas de “Extraterrestrial Vegetarition Evaluator”, es un robot futurista, en forma de huevo, de tecnología antigravitaroria. Llega a la Tierra para evaluar las posibilidades de albergar vida de modo sostenible. WALL•E se enamora a primera vista de EVE, la salva de una tormenta de arena, la protege del viento y la lluvia, la obsequia, le enseña sus objetos preferidos, le da una planta y la sigue en su viaje de regreso. El capitán B. McCrea es el comandante del AXIOM, interesado en regresar a la Tierra. John y Mary son dos habitantes humanos del AXIOM. WALL•E es curioso, inocente, diligente y constante. EVE tiene mucho carácter, no se deja seducir con facilidad, es sensible y generosa.
El film suma animación, aventuras, romance, Sci-Fi y familia. Desarrolla una sencilla historia de amor entre dos personajes bien construidos, interesantes y simpáticos, llenos de magia, muy expresivos, que se comunican por gestos y sonidos robóticos.
(Sigue sin “spoilers”)
La acción dramática tiene lugar en el año 2775 (s XXVIII) en la Tierra, en la nave AXIOM (donde viven refugiados los seres humanos), la nave que lleva una misión de exploración del AXIOM a la Tierra y el espacio sideral. WALL•E es un robot del antiguo equipo de limpieza de la Tierra programado (2105) para recoger, reducir y almacenar residuos. Al fallar el plan de limpieza (2110), la megacorporación que gobernaba el planeta (“Buy n Larg” (BnL)) suspende la limpieza y aloja a los seres humanos en la nave AXIOM, que sitúa en órbita sideral estable. WALL•E son las siglas de la compañía “Waste Allocation Load Lifter-Earth Class”, que se encargó de la frustrada misión de limpiar la Tierra. Es el único superviviente del equipo y el único elemento que se mueve en el planeta. Dispone de 3 brazos con manos y dedos, ve a través de un sistema binocular, tiene forma de caja, se alimenta de energía solar y se mueve como un todoterreno con dos cadenas de rodadura. Lleva casi 700 años trabajando durante las horas diurnas y descansando por la noche, reproduciendo el mito de Sísifo (metáfora de la inutilidad del esfuerzo continuo del hombre moderno). Es aficionado a coleccionar objetos singulares (cubo Rubik, encendedor zippo, muñecos, luces navideñas...) y una vetusta cinta de video con la película “Hello, Dolly!” (Kelly, 1969), que mira con frecuencia.
EVE, siglas de “Extraterrestrial Vegetarition Evaluator”, es un robot futurista, en forma de huevo, de tecnología antigravitaroria. Llega a la Tierra para evaluar las posibilidades de albergar vida de modo sostenible. WALL•E se enamora a primera vista de EVE, la salva de una tormenta de arena, la protege del viento y la lluvia, la obsequia, le enseña sus objetos preferidos, le da una planta y la sigue en su viaje de regreso. El capitán B. McCrea es el comandante del AXIOM, interesado en regresar a la Tierra. John y Mary son dos habitantes humanos del AXIOM. WALL•E es curioso, inocente, diligente y constante. EVE tiene mucho carácter, no se deja seducir con facilidad, es sensible y generosa.
El film suma animación, aventuras, romance, Sci-Fi y familia. Desarrolla una sencilla historia de amor entre dos personajes bien construidos, interesantes y simpáticos, llenos de magia, muy expresivos, que se comunican por gestos y sonidos robóticos.
(Sigue sin “spoilers”)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia de amor se presenta exenta de cursilería y ñoñería y se enmarca en un universo complejo e inolvidable. Compone una cautivadora fantasía científica, que se expone a un ritmo intenso que atrapa la atención del espectador.
Rinde homenaje a Keaton, Chaplin, Tati, Hermanos March, Harold Lloyd, Jerry Lewis, Woody Allen y a otros, en los que se inspira. Muestra gran simpatía por “Luces de la ciudad” (Chaplin, 1931) y “2001: una odisea del espacio” (Kubrick, 1968). El piloto automático del AXIOM replica algunas características del HAL-9000 (ojo rojo) y la banda sonora reproduce un fragmento de “Así habló Zaratustra” (Richard Strauss).
La narración, con escaso diálogo, se apoya en una apabullante visualidad, movimientos de cámara espectaculares, visiones contrapuestas tomadas desde posiciones diferentes y una retahíla de aplicaciones ingeniosas e inteligentes. Se explica con sutileza, ternura y una portentosa sucesión de ocurrencias. La obra se divide en dos partes: una primera parte intimista y una segunda parte bulliciosa y colorista. Ambas partes son diferentes y contrapuestas en algunos aspectos, pero en nuestra opinión son igualmente interesantes. Su contraste obliga a un cierto esfuerzo de adaptación que se ve compensado por el relieve que ambos segmentos adquieren y la mayor fuerza que trasmiten al relato.
Son escenas memorables el baile espacial (evocación del pecado original) (1), el encuentro con la cucaracha, el beso de EVE que restaura la memoria de WALL•E, la llegada de EVE a la Tierra, la descripción del interior del AXIOM (inspirado en Shanghai y Dubai), la rebelión de los robots averiados, la visión de la ciudad abandonada mediante planos contrapicados, la perspectiva de la megalópolis abandonada y desolada tomada desde el suelo, etc.
Más allá de fábula de ciencia ficción, de metáfora ecológica, de crítica de las grandes corporaciones, de visión pesimista del futuro de la humanidad, lo que da consistencia, fuerza e interés al film es la conmovedora y admirable historia de amor que propone.
La banda sonora, original de Thomas Newman, consta de 38 cortes. Sobresalen “Eve”, “The Axiom”, “Eve desperate” y la canción original “Down to Earth”. Como música adaptada añade fragmentos de “Put On Your Sunday Clothes” y “It Only Takes a Moment”, de “Hello, Dolly!”, “La vie en rose” (con la inconfundible voz de Louis Armstrong), etc. La fotografía demuestra afición al detalle, riqueza de contenido (hay casi una idea por plano) (2) y una cuidada utilización de los tonos de color. Suma con eficacia elementos clásicos y futuristas. Compone una sinfonía melancólica no exenta de esperanza.
(1) Segi SÁNCHEZ, “Poesía del futuro”, ‘Cahiers du Cinema España’, nº 15, págs. 20-21, septiembre 2008.
(2) Tomás FERNÁNDEZ VALENTÍ, “WALL•E, la fábula del robot basurero”, Dirigido por, nº 381, págs. 16-17, septiembre 2008.
Rinde homenaje a Keaton, Chaplin, Tati, Hermanos March, Harold Lloyd, Jerry Lewis, Woody Allen y a otros, en los que se inspira. Muestra gran simpatía por “Luces de la ciudad” (Chaplin, 1931) y “2001: una odisea del espacio” (Kubrick, 1968). El piloto automático del AXIOM replica algunas características del HAL-9000 (ojo rojo) y la banda sonora reproduce un fragmento de “Así habló Zaratustra” (Richard Strauss).
La narración, con escaso diálogo, se apoya en una apabullante visualidad, movimientos de cámara espectaculares, visiones contrapuestas tomadas desde posiciones diferentes y una retahíla de aplicaciones ingeniosas e inteligentes. Se explica con sutileza, ternura y una portentosa sucesión de ocurrencias. La obra se divide en dos partes: una primera parte intimista y una segunda parte bulliciosa y colorista. Ambas partes son diferentes y contrapuestas en algunos aspectos, pero en nuestra opinión son igualmente interesantes. Su contraste obliga a un cierto esfuerzo de adaptación que se ve compensado por el relieve que ambos segmentos adquieren y la mayor fuerza que trasmiten al relato.
Son escenas memorables el baile espacial (evocación del pecado original) (1), el encuentro con la cucaracha, el beso de EVE que restaura la memoria de WALL•E, la llegada de EVE a la Tierra, la descripción del interior del AXIOM (inspirado en Shanghai y Dubai), la rebelión de los robots averiados, la visión de la ciudad abandonada mediante planos contrapicados, la perspectiva de la megalópolis abandonada y desolada tomada desde el suelo, etc.
Más allá de fábula de ciencia ficción, de metáfora ecológica, de crítica de las grandes corporaciones, de visión pesimista del futuro de la humanidad, lo que da consistencia, fuerza e interés al film es la conmovedora y admirable historia de amor que propone.
La banda sonora, original de Thomas Newman, consta de 38 cortes. Sobresalen “Eve”, “The Axiom”, “Eve desperate” y la canción original “Down to Earth”. Como música adaptada añade fragmentos de “Put On Your Sunday Clothes” y “It Only Takes a Moment”, de “Hello, Dolly!”, “La vie en rose” (con la inconfundible voz de Louis Armstrong), etc. La fotografía demuestra afición al detalle, riqueza de contenido (hay casi una idea por plano) (2) y una cuidada utilización de los tonos de color. Suma con eficacia elementos clásicos y futuristas. Compone una sinfonía melancólica no exenta de esperanza.
(1) Segi SÁNCHEZ, “Poesía del futuro”, ‘Cahiers du Cinema España’, nº 15, págs. 20-21, septiembre 2008.
(2) Tomás FERNÁNDEZ VALENTÍ, “WALL•E, la fábula del robot basurero”, Dirigido por, nº 381, págs. 16-17, septiembre 2008.