Elia (Maribel Verdú) cumple 40 años y, para celebrarlo, reúne en una lujosa casa rural a amigos, familiares y a su ex pareja. Tiene que decirles algo muy importante: es la ganadora del bote de 140 millones del Euromillón. A pesar de ser, en principio, una buena noticia, a partir de ese momento el ambiente empieza a enrarecerse y a complicarse hasta límites insospechados.

Bajo esta premisa, Gracia Querejeta ha realizado una película que engancha de principio a fin y que sorprende, quizá por la lejanía estilística y temática respecto a lo que la directora nos tiene acostumbrados, convirtiéndose probablemente en su mejor trabajo (con la salvedad de la muy notable 7 mesas de billar francés y su espectacular "tríptico" Verdú, Portillo y la eterna Amparo Baró).

Con una visión muy negra y pesimista del ser humano (con algún rastro de luz ejemplificado en el tono de algún personaje redentor), Felices 140 va más allá de lo que aparenta su propuesta inicial, cercana a la comedia romántica, para enfrascarse en un complejo dilema moral sobre la codicia, la hipocresía y la amistad, mostrando una sociedad enferma en la que el dinero está muy por encima del amor, de lo correcto y de los seres queridos.

Querejeta nos muestra a unos adultos que, despojados ya de cualquier resquicio de idealismo y bondad (representados por el joven sobrino de Elia), merodean por el mundo como hienas ávidas de sangre fresca a la menor oportunidad de sacar tajada de una situación excepcional, ignorando cualquier tipo de moralidad en el método para hacerlo. Incluso se pueden extrapolar conclusiones que vayan más allá del film, para reflejar la España de los últimos años 90 y primeros 2000, en los que la corrupción y la avaricia condujeron al país a una situación ruinosa e insostenible, en la que enriquecerse era más importante que valorar a costa de qué se enriquecía.

Pese a lo rocambolesco y excesivo de su propuesta, la película consigue no resultar forzada ni apresurada gracias al guión, la precisa dirección y sobre todo, a un trabajo dramático de altura, encabezado por unas notables Marian Álvarez y Maribel Verdú; y sin prácticamente fisuras (un desdibujado y plano Alex O´Dogherty). Y es que contar con un reparto con figuras como las mencionadas, Eduard Fernández o Antonio De La Torre, siempre es una garantía de solvencia, especialmente en un trabajo que dependía en gran parte de la credibilidad de sus personajes principales.

Después del pequeño resbalón artístico que supuso una 15 años y un día (***) que supo a poco, Gracia Querejeta vuelve a la senda del buen cine, ese que crea debate una vez acabada la película, ese que te hace plantearte cosas y del que surgen preguntas que pueden retratarnos. Y es que...¿Venderías a tu mejor amigo por 140 millones de Euros?

Nota: 8.1/10

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