Cutrecilla película de ciencia-ficción de serie B (siendo muy generosos, pues lo suyo sería calificarla de "serie Z") en la que se nota que el presupuesto no era muy generoso (supongo que la mayor parte de los 45 millones de dólares que dicen que ha costado se los llevaron los sueldos de Adam Driver y de los dos directores-coguionistas), pues casi todas las escenas de acción con los diversos dinosaurios digitales tratando de zamparse a los protagonistas transcurren de noche o dentro de cavernas donde apenas se ve algo de lo que ocurre en la pantalla, lo que no deja de ser un viejo truco para que no se note la baja calidad de los efectos. Y se ve que al departamento de maquillaje tampoco le llegaron suficientes fondos, pues los dos protagonistas (así como la mujer y la hija del piloto, que salen pocos minutos), pese a ser presentados como pertenecientes a una raza extraterrestre que ya volaba por esos espacios de Dios hace 65 millones de años, son perfectamente humanos: ni unas simples orejas puntiagudas, ni un tono de piel raruno, ni un tercer ojo con visión de infrarrojos, ni unas míseras antenitas asomando detrás de las orejas, nada. Más humanos que un grupo de adolescentes guiris haciendo "balconing" en Benidorm.

Sinceramente, puestos a ver dinosaurios chungos con apetito insaciable, es mejor desempolvar del "streaming" o de la colección de DVD/BluRay cualquiera de las películas de la saga "Parque Jurásico". Y si queremos ver algo más serio sobre estos simpáticos animalejos, siempre tenemos ahí la serie documental "Planeta Prehistórico".

Absolutamente previsible desde el minuto uno, la recomiendo sólo como "película de emergencia" si no hay otra cosa que ver en una cálida noche de verano (porque si la ves de día te pierdes la mitad de las escenas) con unas cervecitas frescas y palomitas. Eso sí, tiene una gran virtud y es que sólo dura 90 minutos.

Los dos codirectores y coguionistas se dejaron en el tintero un buen montón de posibilidades para hacer una película más meritoria (atentos a la secuencia final del geiser, de traca). Pero bueno, es lo que hay.