Cuando en 2020 se estrenó en Netflix "Tyler Rake" no me pareció una mala producción: me gustaron sus escenas de acción, el sonido y la ambientación en la India. Chris Hemsworth lo daba todo en el aspecto físico en un papel que le iba como anillo al dedo a sus escasas capacidades interpretativas y la cinta ofrecía poco margen a otra cosa que no fuese el disfrute de una peli de acción palomitera.

Esta segunda entrega es más de lo mismo, pero más inverosimil. Malos malísimos capaces de entrar a tiros en una ciudad con helicópteros y todo sin que la policía o el ejército local pueda hacer nada, acrobacias y peleas imposibles y tiros, muchos tiros. En fin, no me ha gustado demasiado porque ya en su primera entrega esta historia y este protagonista dieron todo lo que podían dar y ni siquiera la presencia de la guapísima Golshifteh Farahani permite que vaya a más. Esta producción tiene más de videojuego que de película y no se merece ni de lejos la infladísima nota que tiene.