El maestro del suspenso esta en plan grande, manejando las emociones humanas en los personaje interpretados por Kim Novak y James Stewart.
La forma “Hitchcockniana” nos hace ver que nuestros más grandes temores, se disuelven como espantajos, como calaveras de azúcar. Pero lo impactante de esto, es que no lo descubrimos sino hasta el final y mientras tanto ya pasmos dos horas de verdadero vértigo viendo sufrir a los protagonistas de la trama.
Yo también tenía acrofobia, y ya casi no lo recuerdo. Hitchcock desempolva nuestros más profundos temores anidados en nuestra mente. Y eso es una cualidad entre algunos muertos como el gordo Alfred.