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Voto de floïd blue:
9
7.5
14,182
Terror. Thriller
Polanski interpreta al agradable Trelkovsky, que vive en un apartamento de París que tiene un sombrío pasado... la anterior inquilina, una mujer joven, se tiró por el balcón. Sus pertenencias siguen allí... cosas que alimentan la obsesión de Trelkovsky por la mujer. ¿O tal vez le están llevando a la locura? (FILMAFFINITY)
16 de julio de 2012
54 de 63 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores muestras del cine psicológico de Polanski. Una auténtica pesadilla. A quien no se lo parezca es porque no ha llegado al concepto de la idea del eterno retorno, una idea tremenda, aniquiladora, y de seguro, de sufrirla uno durmiendo sería para despertar sobresaltado, sudando y cagándose en la madre que lo parió.
Se nos presenta un personaje inocente, un ser confiado al que le piden una ayuda por la calle y terminan quitándole la cartera ante su asombro. Él no quiere líos con nadie, y menos con los vecinos pero sin querer se ve envuelto en todas las movidas, aún así se resiste valientemente intentado imponer la cordura.
Pero de repente tiene que terminar fumando Marlboro. Sin suponerlo, está dando los primeros pasos hacia su destrucción. Empieza a caer en los entresijos del abismo existencial. Luego sigue toda una serie de contrariedades que son expuestas de forma absolutamente genial por su gran carga emocional. Aguanta estoicamente ante el comisario cuando la razón sigue de su lado, es igual que cuando uno se siente incomprendido ante una injusticia y vemos que nuestras explicaciones no sirven de nada y lo mejor es aguantarse y encima soportar las gilipolleces.
-Me aburre usted –le dije el comisario-. Sus problemas no me interesan. Me aburre. No obstante voy a hacer la vista gorda por esta vez.
¡Y te tienes que joder! Continúo sólo con detalles.
Se nos presenta un personaje inocente, un ser confiado al que le piden una ayuda por la calle y terminan quitándole la cartera ante su asombro. Él no quiere líos con nadie, y menos con los vecinos pero sin querer se ve envuelto en todas las movidas, aún así se resiste valientemente intentado imponer la cordura.
Pero de repente tiene que terminar fumando Marlboro. Sin suponerlo, está dando los primeros pasos hacia su destrucción. Empieza a caer en los entresijos del abismo existencial. Luego sigue toda una serie de contrariedades que son expuestas de forma absolutamente genial por su gran carga emocional. Aguanta estoicamente ante el comisario cuando la razón sigue de su lado, es igual que cuando uno se siente incomprendido ante una injusticia y vemos que nuestras explicaciones no sirven de nada y lo mejor es aguantarse y encima soportar las gilipolleces.
-Me aburre usted –le dije el comisario-. Sus problemas no me interesan. Me aburre. No obstante voy a hacer la vista gorda por esta vez.
¡Y te tienes que joder! Continúo sólo con detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El cuarto de baño al final del pasillo es la dimensión de lo desconocido. Absolutamente genial. En esa dimensión vive la extraña Simone. Simone quitándose las vendas forma una imagen durante un momento que es un cuadro realmente acojonante. Le falta el diente. El diente que le falta a él; en realidad cuando algo se nos “desprende” nuestro instinto nos hace conservarlo escondido, guardarlo, y es que él empieza a sentir que se le desprende partes de su ser. Meter el diente en un agujero de la pared es un simbolismo que sólo puede ser creado por alguien que es un genio.
Cuando está en la cama con la chica y empieza a preguntarse qué es él en verdad, que si pierde un brazo se dice “mi brazo y yo” pero si uno pierde la cabeza, al decir “mi cuerpo y yo” ¿qué derecho tendría la cabeza sobre el resto del cuerpo para sentirse la persona?, es que está entrando en la angustiosa cuestión que empieza a minarle el pensamiento hacia la locura. En otra pesadilla esa cabeza que rige el cuerpo la ve saltar por la ventana como una pelota.
Luego en el parque se levanta y le pega una bofetada al niño que llora, es la interpretación de su propia niñez vivida, sus lamentos eran contestados con bofetadas. Polanski padeció una amenaza permanente de crío (y posteriormente), por lo que ese niño es él en realidad.
Todo va creando un círculo vicioso de no retorno, una existencia que se repite infinitamente, lo cual es una idea realmente aterradora; de hecho la película empieza viéndosele a él mirando por el cagadero. Luego él se ve a sí mismo desde el cagadero, espiándose con unos prismáticos al otro lado del patio. Es como si salieras de tu cuarto y al final del pasillo miraras atrás y te vieras saliendo del pasillo como un instante antes y así un bucle infinito.
La idea es vislumbrar el miedo a lo desconocido, crear un mundo irreal, de muertos, algo como lo que se cuenta en El resplandor, cuando Jack Nicholson al final aparece en las antiguas fotos que decoran las paredes del salón de baile.
Por último el inquilino perderá esa cordura que ha intentado mantener y se rebelará en la casa de su amiga destrozando los muebles, y a partir de ahí puede decirse que ya lucha con violencia por salvarse.
Y sí, el grito, como la obra de Munch, es un grito de horror ante el descubrimiento que nuestra existencia no tiene un final coherente, el grito es una figura andrógina como al final termina él al tirarse por la ventana: siendo un hombre/mujer. La vida es una pesadilla para el que intente adentrarse en su lógica, para el busque una razón de su existencia.
Cuando está en la cama con la chica y empieza a preguntarse qué es él en verdad, que si pierde un brazo se dice “mi brazo y yo” pero si uno pierde la cabeza, al decir “mi cuerpo y yo” ¿qué derecho tendría la cabeza sobre el resto del cuerpo para sentirse la persona?, es que está entrando en la angustiosa cuestión que empieza a minarle el pensamiento hacia la locura. En otra pesadilla esa cabeza que rige el cuerpo la ve saltar por la ventana como una pelota.
Luego en el parque se levanta y le pega una bofetada al niño que llora, es la interpretación de su propia niñez vivida, sus lamentos eran contestados con bofetadas. Polanski padeció una amenaza permanente de crío (y posteriormente), por lo que ese niño es él en realidad.
Todo va creando un círculo vicioso de no retorno, una existencia que se repite infinitamente, lo cual es una idea realmente aterradora; de hecho la película empieza viéndosele a él mirando por el cagadero. Luego él se ve a sí mismo desde el cagadero, espiándose con unos prismáticos al otro lado del patio. Es como si salieras de tu cuarto y al final del pasillo miraras atrás y te vieras saliendo del pasillo como un instante antes y así un bucle infinito.
La idea es vislumbrar el miedo a lo desconocido, crear un mundo irreal, de muertos, algo como lo que se cuenta en El resplandor, cuando Jack Nicholson al final aparece en las antiguas fotos que decoran las paredes del salón de baile.
Por último el inquilino perderá esa cordura que ha intentado mantener y se rebelará en la casa de su amiga destrozando los muebles, y a partir de ahí puede decirse que ya lucha con violencia por salvarse.
Y sí, el grito, como la obra de Munch, es un grito de horror ante el descubrimiento que nuestra existencia no tiene un final coherente, el grito es una figura andrógina como al final termina él al tirarse por la ventana: siendo un hombre/mujer. La vida es una pesadilla para el que intente adentrarse en su lógica, para el busque una razón de su existencia.