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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
7
Comedia. Acción. Drama Nick Spitz (Adam Sandler), un oficial de policía de Nueva York, finalmente lleva a su esposa Audrey (Jennifer Aniston) a un viaje por Europa largamente prometido. En el vuelo, se relacionan casualmente con un hombre misterioso (Luke Evans) que los invita a una reunión íntima en el yate de un anciano multimillonario. Cuando el hombre rico es asesinado, se convierten en los principales sospechosos. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2020
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si, llega un momento en el que te rindes, no puedes más y dices: Necesito una película tonta. Necesito entrar en la tontería absoluta y llena a rebosar, en el círculo blanco del no va más. Piensas en Ben Stiller, pero no, demasiado profundo. Sí, está Peter Sellers y el gordo y el flaco y muchos más pero son muy sofisticados, puristas, elegantes... Pues nada, no queda otra que recurrir a Adam Sandler. Adam Sandler tiene un prestigio, no se ha ganado el puesto de la mano de nadie, no hay más que repasar algunos títulos de su excelsa filmografía:

The Ridiculous 6
Niños grandes
Desmadre de padre
Sígueme el rollo
Zohan, Licencia para peinar
Os declaro marido y marido

La última es Criminales en el mar. Su partenaire es Jennifer Aniston. Sí, es muy maja. Ideal, tiene también un cartel fuera de serie, por ejemplo:

Fiesta de empresas
Cómo acabar sin tu jefe
Lío en Broadway
Somos los Miller
Cómo acabar con tu jefe
Sígueme el rollo

Queda claro la orientación de estos dos líderes de la pantalla, y aquí están los dos; Criminales en el mar no puede fallar. Y no falla. Seguramente no habrá criminales, y tampoco habrá mar, no habrá nada que decepcione o irrite, y es justo lo que uno necesita. Y acierta. Lo primero de Criminales en el mar es que ninguno de los personajes es creíble. Tiene mérito, pero es así, ninguno, lo que se dice ninguno; y hay unos cuantos, ¿eh? Lo segundo es que a pesar de ello, el argumento se sigue, se comprende, se hila, y tiene sentido, incluso tiene inicio y tiene final, y una especie de giro, de giro argumental, o postizo, o regate, o añadido al desenlace. La película funciona. La pareja tiene mucha química, a ello hay que sumarle, como hemos visto, la experiencia de ambos en este difícil terreno. Su dilatada carrera les ha hecho llegar hasta aquí con una sapiencia total, una desenvoltura interpretativa absoluta y, encima, se compenetran perfectamente. Su Synchronicity es envidiable y ello ha incidido en esta película con acierto pleno. Las tonterías no cesan, y las dicen perfectamente, con el tono apropiado, hay musicalidad en sus frases, es sus estrofas, acaba uno y sigue el otro sin desmerecer la tontería, sin errores, sin descansos, los diálogos son continuos y no necesariamente absurdos aunque sean contrarios a la acción del momento. Es lo mejor, siguen a lo suyo aunque las balas silben sobre sus cabezas. Y es que ellos son genuinos, no tienen dobleces porque no tienen antecedentes de películas de culto, de obras maestras. No han trabajado con Woody Allen o con Roman Polanski, ni con ningún director japonés o indio o ruso. Ni con Amenábar ni con Almodóvar. Son vírgenes. No han entrado nunca en corral ajeno. Y con Criminales en el mar demuestran de qué pasta están hechos. Es difícil hallar un cine así porque este cine no es malo, es tonto, nada más. Y de tontos está el mundo lleno, más o menos la mitad de la población mundial, calculo, pero la industria del cine no, el cine está lleno de espabilados que son los que saben sacar dinero de debajo de las piedras, por eso esta pareja explota el cine tonto con éxito. Porque no son tontos, aunque se lo hagan.
floïd blue
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