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Voto de Juanjo Iglesias:
10
Drama En un pueblo minero de Gales viven los Morgan, todos ellos mineros y orgullosos de serlo y también de respetar las tradiciones y la unidad familiar. Sin embargo, la bajada de los salarios provocará un enfrentamiento entre el padre y los hijos; porque mientras éstos están convencidos de que la unión sindical de todos los trabajadores es la única solución para hacer frente a los patronos, el cabeza de familia, en cambio, no quiere ni ... [+]
5 de abril de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que ví por primera vez Ciudadano Kane, hace ya unos cuantos años siempre me fascinó, era junto a "El Apartamento" una de mis dos películas favoritas. Viendo el cine de Orson Welles aprendí a amar el cine y a hacerme preguntas como, ¿Porque ese movimiento de cámara?, ¿Porqué iluminar así? ¿Porqué aún no he leído a Shakespeare? Por esa identificación personal con Welles y esa profunda admiración decidí una y otra vez retrasar la fecha en la que viera la película que se llevó el Oscar que por rotunda lógica debía haberse llevado la historia de "Rosebud".

Y descubrí porqué.

Nada más empezar advertí en ese narrador hablando de su infancia, sobre planos generales de un pequeño pueblo minero de Gales, que estaba ante una obra maestra. Según iba avanzando la historia, la absoluta tormenta de emociones y el caudal infinito de sanos y bellos sentimientos me iba encogiendo el corazón, por más que lo intentaba me era imposible escapar a tanta y tan exquisita emoción; a la media hora supe que era la película más emocionante que había visto en mi vida y que sus personajes permanecerían en mi memoria para siempre.

El aspecto técnico de la película es brillante de principio a fín, es una narración a modo de flashback que ofrece la visión de Huw, un niño de unos 10 años, hijo menor de la familia protagonista, sobre como era su infancia y su familia. Los planos generales del pueblo, con ese movimiento de cámara pausado, la fotografía en blanco y negro, la música que por lo general está basada en canciones populares y de la que participan constantemente los personajes, o la dirección de Ford son absolutamente impecables.

Pero lo realmente importante es cómo consigue el director hacernos sentir lo que sienten sus personajes, lo que siente esa familia de mineros. La idea fundamental son los valores de la familia, lo que siente una madre al ver que sus hijos se marchan y quizá no vuelvan, un padre que cada día arriesga su vida en la mina junto a sus hijos, poniéndose en contra de un pueblo entero por tener diferentes formas de pensar. Brillante la relación entre el predicador interpretado por Pidgeon y el niño Huw (Roddy McDowall), así como la relación entre los personajes de Pidgeon y O´Hara que ratifican ese dicho de "Una mirada vale más que mil palabras".Los papeles de Donald Crisp y Sara Allwood representan de alguna forma ese amor que cualquier persona siente por sus padres y/o hijos, con una Sara Allwood que bien podría haber ganado el Oscar como lo hiciera Donald Crisp, aunque quizá hizo algo igual que él, dejar un personaje maravilloso en la inmortalidad del celuloide.

Una película que describe la felicidad, el alma humana y la infancia, de una forma mucho más aclaratoria y concisa que cientos de teorías filosóficas.

Los valores éticos, morales y sociales se pueden discutir, que Ford fué un genio, no.
Juanjo Iglesias
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