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Voto de Juanjo Iglesias:
7
7.5
4,212
Documental La química creativa de cuatro artistas geniales hizo de The Doors una de las bandas rockeras más representativas e influyentes de América. Utilizando metraje rodado entre la formación del grupo en 1965 y la muerte de Morrison en 1971, la película les sigue los pasos desde los pasillos de la escuela de cine de UCLA, donde Mazarek y Morrison se conocieron, a la etapa de los estadios. Narrado -en su versión original- por Johnny Depp, ... [+]
21 de abril de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Dicillo se introduce en el género documental, tras dirigir seis largos de ficción y haber dirigido la fotografía en trabajos de gente como Jarmush, con un documental sobre la carrera del grupo The Doors, con un resultado interesante aunque mal aprovechado.

Lo veo como un trabajo necesario, tras la caricatura con la que nos obsequió Oliver Stone en 1991, burdo trabajo filmado con pretensiones de "mal viaje". Sin llegar al nivel de Scorsese con su "No Direction Home" sobre Dylan, sin, por supuesto, la intensidad de Eastwood con "Bird", sobre Charlie Parker y sin el interés que me produce "The Devil and Daniel Jonhston" de Feuerzeig, creo que sí logra abrir un cajón para guardar la figura de Jim Morrison, en la historia del cine.

En parte, el cine cancela su deuda con "The Doors", pero lo hace con un montón de trampas. La primera de ellas es una gran labor de montaje, que le otorga un ritmo perfecto para no darnos cuenta de que se pierde con facilidad en el sensacionalismo y derrocha minutos y minutos de metraje en la idea de la adicción compulsiva del protagonista a las drogas legales e ilegales. Creo que pierde un valiosísimo tiempo que podría haber aprovechado para diseccionar a una de las figuras del rock mas interesantes de su historia.

A su favor tiene la narración de un Johnny Deep, que según cuentan, se involucró en la película gracias a su personal fascinación por Morrison y la aportación más interesante de la cinta: las imágenes inéditas del grupo y el tratamiento del juicio por el que, el siempre puesto cantante, fué condenado a cuatro meses de trabajos forzosos debido al disturbio de Miami. Esa especie de demostración de la caída del mito, corroborada por estremecedoras imágenes de esos días, poseen un valor documental muy preciado para los que nos sentimos interesados en esta figura. Este trabajo de documentación le proporciona a la cinta su mayor virtud.

Donde si acierta Dicillo plenamente, es al abordar la afición de Morrison por el cine, con esa frenética Road-Movie titulada "HWY" donde pretendía emular a Kerouac y en ese análisis sobre su carácter que lo plantea como una persona tremendamente inteligente, calculadora, tímida y capaz de transformarse.

Ofrece una idea global de la figura de James Douglas Clark y sobre todo de que su vida no fué sólo un calvario para él, sino para todos los que le rodearon. A parte realiza una labor documental, que no se había visto antes del propio grupo, de su nacimiento en la escuela de cine de UCLA en 1965, hasta su desaparición tras la muerte de Morrison en París, en 1971.

Aún así, no me arrepiento de haber aprovechado un viaje a París, para pasar por Pere Lachaise y desear a este provocador, poéta y rockero amante del blues, que descanse en paz. En cualquier caso cualquier momento es bueno para volver a saborear "Riders on the Storm" o "The Crystal Ship".
Juanjo Iglesias
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