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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Madrid, 1933, Tras haber asesinado a su hija Hildegart, Aurora Rodríguez se entrega a la justicia. En la cárcel, rememora las circunstancias que la movieron a cometer un crimen tan atroz. En su primera infancia, Aurora Rodríguez, testigo de frecuentes desavenencias matrimoniales y de la indiscutible supeditación de las mujeres a los hombres, concibió la idea de tener una hija a la que educaría para que se consagrara a luchar por la ... [+]
11 de marzo de 2016
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a ser un encargo del productor Alfredo Matas y un vehículo idóneo para la proyección como actriz de Amparo Soler Leal, esposa del productor, pese a ello, como digo, Fernando Fernán Gómez demuestra su calidad como director ofreciéndonos una obra impactante y desoladora. No fue la única vez, que logró hacer de un encargo una obra prestigiosa y personal, sólo hay que repasar su filmografía. Basada en el libro “Aurora de Sangre” de Eduardo de Guzmán”, cuyo argumento, guión y diálogos corren a cargo del gran Rafael Azcona y el propio cineasta, narra la historia de una obsesión sicópata y está inspirada en un hecho real que impactó a la sociedad de los años treinta.

La película resulta tan sugerente como inquietante, presenta el eterno dilema, el nefasto error que han cometido tantos padres, el de querer enmendar las frustraciones propias a través de nuestros hijos, el pretender manejar sus vidas. En este caso, de un amor enfermizo y castrador, el de una madre soltera hacia su hija que pretende proyectar y realizar la obra que ella por sí misma era incapaz de hacer. Llegando hasta el extremo inaudito de trazar el destino de una persona antes de engendrarla. El film recrea el juicio celebrado en Mayo de 1934, contra Aurora Rodriguez Carballeira, articulada a través de varios “flash-backs”, que tiene un personaje itinerante en el propio escritor del libro – cuyo papel encarna Manuel Galiana – quien le cuenta la historia de Hildegart a una chica de club en la barra de un bar de alterne.

Hildegart es un invento de su madre, para luchar ideológicamente por los derechos y la liberación de la mujer, pero a la vez Aurora ejerce la autoridad para someter a su hija, esclavizándola e impidiendo su propia libertad para emanciparse, porque lo que su madre busca en ella es el ideal y la utopía, capaz de realizar la obra que Aurora por falta de preparación no podía lograr. Amparo Soler Leal crea un personaje de una fuerza dramática arrolladora, una mujer con carácter y determinación que sabe lo que quiere y a ello dedica su vida. La película muestra algo más que un retrato de Hildegart, que no es más que una marioneta en manos de su madre, lo que propone es un retrato aterrador de Aurora.

Las referencias a los condicionamientos de los que emanan los traumas de Aurora son mostrados en unos oníricos planos virados en blanco y negro, que nos informa del devenir en el comportamiento de la madre de Hildegart, incluyendo la aberrante y mecánica forma de concebir a su hija. Y es que lo que pervive en esta historia dura y cruel, salvando las distancias humanas, es la rebelión de un proyecto contra su creadora. Una película que nos devuelve, tras la muerte del dictador, a rememorar el tiempo de la 2ª República con sus movimientos sociales e ideológicos, reivindicando periodos pasados de nuestra historia que los jóvenes espectadores quizás desconocían.
Antonio Morales
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