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Voto de Manu:
10
6.9
17,009
Drama
Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
28 de marzo de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me quiero repetir. Esta película causa reacciones extremas. Para mí, no podría ser mejor película. De 80 minutos. Uf. Estoy colapsado por su belleza. No veo la forma de hacer -de dirigir- esta película mejor.
La historia es simple en su capa más externa y complejísima en su núcleo.
Cada plano merece casi ser pausado. No es que la fotografía sea preciosa -que lo es-, es que cada fotograma me traslada a ese mundo. Cámara estática sin un solo movimiento, formato casi cuadrado, totalmente oprimido, con encuadres literalmente desgarradores que muestran mentes aplastadas -o ahogadas- por todo lo que tienen encima.
Las interpretaciones son un 10. Son pura sutileza. Frecuentemente una breve mirada de Ida lo dice todo. Un solo segundo es suficiente, levantar la mirada y volver a bajarla. El mundo interior de los dos personajes principales me enamora. El personaje de la tía, mentora de Ida, es desgarrador. Cuánta contención.
Los diálogos son perfectos. Breves, justísimos, sutiles, nunca sobran.
Las localizaciones, los paraderos... La música. Suena cuando tiene que sonar, en veces contadas.
Para mí, un 9.7.
La historia es simple en su capa más externa y complejísima en su núcleo.
Cada plano merece casi ser pausado. No es que la fotografía sea preciosa -que lo es-, es que cada fotograma me traslada a ese mundo. Cámara estática sin un solo movimiento, formato casi cuadrado, totalmente oprimido, con encuadres literalmente desgarradores que muestran mentes aplastadas -o ahogadas- por todo lo que tienen encima.
Las interpretaciones son un 10. Son pura sutileza. Frecuentemente una breve mirada de Ida lo dice todo. Un solo segundo es suficiente, levantar la mirada y volver a bajarla. El mundo interior de los dos personajes principales me enamora. El personaje de la tía, mentora de Ida, es desgarrador. Cuánta contención.
Los diálogos son perfectos. Breves, justísimos, sutiles, nunca sobran.
Las localizaciones, los paraderos... La música. Suena cuando tiene que sonar, en veces contadas.
Para mí, un 9.7.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En el primer plano de su tía, cuando están en el hospital y ella pregunta al hombre acerca de la violencia que sufrió su hijo, que agacha la cabeza y su boca sale de cuadro... Casi me infarto.
La única cosa que me ha desorientado es la brevedad de algunos de los planos. Me preguntaba: ¿por qué no los ha aguantado más tiempo? Pero ahora veo claro que es totalmente intencionado por parte del director, el seguir decapitando cosas, incluso la belleza de estos momentos que quizá podrían conducir a sentir más cosas.
El final es apoteósico. Que la cámara, que ha estado tan aferrada a sus raíces toda la historia, de repente acompañe a Ida en su camino de vuelta a casa... Es otra maestría.
La única cosa que me ha desorientado es la brevedad de algunos de los planos. Me preguntaba: ¿por qué no los ha aguantado más tiempo? Pero ahora veo claro que es totalmente intencionado por parte del director, el seguir decapitando cosas, incluso la belleza de estos momentos que quizá podrían conducir a sentir más cosas.
El final es apoteósico. Que la cámara, que ha estado tan aferrada a sus raíces toda la historia, de repente acompañe a Ida en su camino de vuelta a casa... Es otra maestría.