La comedia no es uno de mis géneros favoritos, más que nada porque es difícil que me hagan reír con los típicos chistes y gags que le gustan a todo el mundo, de los que hay muchos aquí. Sin embargo, me he reído, y no solo eso, me ha parecido bastante buena esta película. Los prejuicios a veces no se aproximan a la realidad.

Puede ser por la crítica que se hace de muchos temas que están a la orden del día como el lenguaje inclusivo, el buenismo y los divorcios. Las madres no tienen que ser perfectas y no pasa nada por ello, no nos dan manuales de instrucciones de cómo criar niños al igual que tampoco se los dan a los padres.

He visto comentarios que dicen que con estas cosas tan serias no se debería hacer humor. Entramos de nuevo en los límites del humor y qué temas se pueden utilizar o no para hacer comedia. En ese caso bravo por Dani de la Orden por arriesgarse tanto pese a que supiera que iban a salir ofendiditos debajo de las piedras al ver esta peli.

Aparte de la intencionalidad, dobles intenciones, moralidad y críticas varias, yo prefiero centrarme en Miren Ibarguren. Es una actriz como la copa de un pino, la mejor a día de hoy en el panorama cinematográfico español junto a Alexandra Jiménez. ¡Qué pena que se las minusvalore simplemente por hacer comedia! Y la comedia, en muchos sentidos, es más compleja que el drama. Es más difícil hacer reír que llorar, eso seguro

Miren lo borda. Es divertida, natural y nada forzada, es la que nos provoca carcajadas y la que dignifica la película, sin menospreciar a Paco León, que no está mal, pero anda algo más limitado, aunque nunca desentona, pero tampoco destaca.

Mención especial para los niños, especialmente Juanito. Gran trabajo de dirección en ellos, que seguro que llevan la actuación como algo innato, ya que no lo hacen nada mal, y eso es muy difícil de conseguir. Por lo tanto un gran acierto de casting, incluidos algunos secundarios como Berto Romero o Eva Ugarte (otros como Ester Expósito y Pedro Casablanc están de pegote).

Me alegro del éxito cosechado. Recomendable para todo tipo de públicos, y, diría que especialmente para las parejas que se están divorciando y tratan a sus hijos como pelotitas o mercancías de intercambio.