Comparto lo que ha dicho alguien en otro comentario sobre los dos detectives: parece que se ha hecho para lucimiento de éstos y, no es por quitarles méritos, pero no fueron precisamente ellos quienes atraparon al "Night stalker", aunque bueno, el título aclara que va de la caza de este asesino, no de las motivaciones y la personalidad de éste, que, para mí, hubiera sido más interesante, ya que estamos hablando de un asesino en serie diferente al resto: no sigue un patrón de víctimas y es además muy desorganizado, le da igual niños que ancianos o matar a cuchilladas o a balazos.

Una mente tan enferma hubiera sido interesante poder analizarla y que nos mostraran algo más, aunque fuera en el último capítulo, que es precisamente en el único en el que se nos habla un poco de Richard Ramírez, este sádico que atemorizó a la sociedad americana por su insaciabilidad de sangre y violencia, llegando a matar casi a diario y a menudo varias veces la misma noche.

Pero, como digo, la historia va más de ir encajando las piezas del puzzle. Quienes las van encajando son dos detectives, uno experimentado, laureado y de lo mejorcito de la policía de homicidios de Los Ángeles, y el otro casi recién llegado a la unidad, un latino novato en estos asuntos de asesinatos, y que se ve en la encrucijada de elegir entre el que quizás vaya a ser el caso más importante de su carrera y su familia.

Lo que le hace diferente de otros true crime es que las imágenes son muy explícitas. Si tienes el estómago delicado tómate un almax antes, ya que es de risa la pequeña cruz que les ponen en los ojos a las fotos de las víctimas en vez de ponérselas a sus cuerpos bañados en sangre. No sé si es por rigor periodístico o por darle más realismo. No sé si son necesarias. Las descripciones de los detectives y las víctimas de familiares ya eran suficientes.

Pese a ello es un documental bueno y muy bien realizado, con buena banda sonora, bien documentado y con entrevistas interesantes de algunos de los testigos y periodistas que trataron el caso, muchos de ellos alimentando el morbo de una sociedad ya inmune ante tantos asesinatos a diario en sus calles.