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Voto de Vivoleyendo:
8
Vals con Bashir
2008 Israel
Animación
7.5
23,447
Animación. Drama. Bélico Documental animado sobre la matanza de refugiados palestinos en Sabra y Chatila (Líbano) en 1982. Una noche, en un bar, un viejo amigo le cuenta a Folman una pesadilla recurrente en la que le persiguen siempre 26 perros. Los dos hombres llegan a la conclusión de que la pesadilla tiene que ver con una misión que realizaron para el ejército israelí durante la primera guerra con el Líbano a principios de los años ochenta. A Folman le ... [+]
12 de abril de 2009
27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los mecanismos de defensa de nuestro cerebro pueden llegar a ser inauditos. El instinto de conservación es mucho más potente de lo que nos figuramos.
Cuando pasamos por alguna experiencia traumática, tanto que resulte insoportable e intolerable convivir con su recuerdo, el cerebro activa sus mecanismos para protegernos. Puede llegar a borrar por completo ese trozo de memoria inadmisible. Algo parecido a lo que hacemos cuando eliminamos un archivo almacenado en un ordenador, o a lo que hacía la censura con las películas, cortando el pedazo que no debía ser expuesto y uniendo los extremos restantes, dejando un hueco, un vacío, un salto en la secuencia de los fotogramas que los espectadores podían advertir con claridad y que hacía que el largometraje pareciese cojo y escandalosamente incompleto.
El trozo que faltaba era como una extremidad o un miembro mal cortado. Siempre se notaba su ausencia.
El ex-combatiente israelí protagonista de esta revulsiva, hipnótica, trágica y truculenta cinta de animación, el cuál estuvo presente en la masacre del campo de refugiados de Savra y Chatila en Beirut, en 1982, padece ese trastorno disociativo. Él estuvo en el centro del horror, pero es incapaz de recordarlo por sí mismo. Su memoria selectiva y protectora, como si fuese una censora pertrechada con unas tijeras afiladas, cortó de raíz la terrible experiencia almacenada en su subconsciente.
Pero el cerebro no es como una tira de película. No hay tijeras, por ramificadas que sean, que puedan cercenar la memoria sin dejar huella.
La verdad irá brotando lentamente, reclamando su derecho a salir a la luz. Los testimonios de antiguos compañeros de armas y testigos oculares de los sucesos irán supliendo el pedazo de recuerdo celosamente reprimido.
La culpa. El remordimiento.
El corazón del cruento conflicto entre Israel y Palestina, desde una óptica crudamente culpable y expiatoria. Con esos dibujos animados imperfectos que tienen algo fascinante, una especie de cualidad para robar la mirada y la conciencia. Algo similar a ser arrastrados a un conjunto de alucinaciones y pesadillas recurrentes, en las que un cielo crepuscular, o la más negra de las noches, sirve como misterioso telón a unas escenas que siempre parecen transcurrir más despacio de lo normal. Escenas en las que las piernas nos pesan demasiado y somos tragados por los demonios de una oscuridad opresiva y en la que late una amenaza permanente.
Los demonios de la guerra.
Vivoleyendo
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