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Voto de Vivoleyendo:
7
Drama "No desearás a la mujer de tu prójimo": La vida de Roman, un joven médico, se derrumba cuando descubre que es impotente... Noveno de los diez mediometrajes realizados para la televisión entre el director Krzysztof Kieslowski y el guionista Krzysztof Piesiewicz, denominados genéricamente "Decálogo", e inspirados cada uno en uno de los Diez Mandamientos. (FILMAFFINITY)
26 de noviembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capítulo 9. "No consentirás pensamientos ni deseos impuros".
¿En qué se cimenta el amor en un matrimonio o pareja estable? ¿Qué es lo que hace que perdure, o que se rompa? Eso sólo cada pareja puede determinarlo. Puede haber muchas razones por las que una unión fracase. Se trata de un hilo tan frágil como una telaraña.
Si es puesto duramente a prueba, si pasa por obstáculos o dificultades formidables, en esa situación de amenaza y riesgo es cuando se descubre su verdadera calidad, su profundidad. Se intuirá si no avanza más lejos de lo superficial y accesorio, o si por el contrario se ha asentado con unas raíces gruesas y abundantes. En los tiempos de bonanza todo es más fácil y llevadero; pero cuando soplan las borrascas, se comprueba si resiste a los embates de la adversidad.
¿Cuál es una de las pruebas de fuego para unos cónyuges? Kieslowski, como acostumbra, da en la diana del conflicto que le toque tratar en cada episodio del decálogo. En este caso, al marido le anuncian que es impotente. Además, y para empeorar su situación, se insinúa que en otros tiempos ha sido un poco casanova. Se desconoce si lo fue solamente antes de casarse o si ha tenido alguna aventura después. Pero lo que está claro es que el sexo es un componente muy importante en su vida, si no fundamental. A cualquiera le sentaría como un tiro semejante anuncio, pero a alguien marcadamente sexual le debe de caer como una sentencia a trabajos forzados sin reducción de la pena.
El problema no le vendrá de ahora mismo, si ha ido a consultar al especialista ya debe de llevar un tiempo padeciéndolo y su mujer también será consciente de ello. Pese a todo, la confirmación del profesional es un fuerte golpe tanto para la virilidad de Roman, como para los cimientos de su relación con Hanka. Vuelve a casa deprimido y ella trata de consolarlo, asegurándole que su amor no se limita a cinco minutos en la cama y que puede sobrevivir al escollo.
Ninguno se creerá la mentira, aunque se esforzarán en hacerlo.
A partir de entonces, la inseguridad y los celos se instalan en su rutina. La incomunicación y las dudas se manifiestan por medio de las imágenes indirectas o borrosas, casi siempre a través de espejos que reflejan o de cristales empañados y mojados por la lluvia. También nos convertimos en furtivos observadores ocultos para no ser descubiertos, como Roman cuando sigue a Hanka atravesado de sospecha y angustia, escondiéndonos tras una escalera o en un armario, espiando el teléfono, aguardando odiosas llamadas y detestando el timbre estridente y machacón del aparato, y también odiándolo cuando no suena.
Sí, Roman, en un alarde de generosidad, agobiado por no querer condenar a su mujer a un celibato forzoso, la animó a que se buscara un amante. Pero una cosa es que uno tenga en un momento bajo un honesto gesto de ofrecimiento, y que luego resulte que la sugerencia se convierta en realidad.
¿Por qué si el sexo es sólo sexo si no hay amor, Roman no soporta imaginarse a Hanka en brazos de otro por mucho que le diga que lo ama a él y a nadie más? ¿Por qué Hanka a su vez se siente fatal por el mismo motivo, si el sexo es sólo sexo?
La guantera del coche, que no cierra bien, es la delatora del engaño. Artur Barcis, el transeúnte misterioso, pasea en bicicleta y dirige su mirada triste a Roman. Nada puede hacer por él, por su mundo que se derrumba.
En el hospital donde Roman trabaja como médico y cirujano hay una paciente joven y bella que se debate en un dilema acerca de su futuro. Parece la personificación de las tentaciones que debieron de asaltar al joven seductor eras atrás. Un reproche de la suerte.
"En lo bueno y en lo malo", un compromiso terriblemente difícil de cumplir cuando lo afectado es precisamente la viga maestra del matrimonio. Y no, no es tanto el sexo como la confianza mutua.
Vivoleyendo
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