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Voto de Vivoleyendo:
7
Comedia Agustín Valverde (Paco Martínez Soria), viudo y hacendado aragonés, decide dejar el pueblo y marchar a Madrid, a instalarse en casa de su hijo médico (Eduardo Fajardo) y su nuera (Doris Coll), emigrados ambos del pueblo. A ella ahora todo el mundo la llama Luchy, desde que consiguiera su nueva vida en la capital y una brillante posición social debido al prestigio médico de su marido. Pero al llegar a Madrid, el 'tío' Agustín, que así le ... [+]
23 de diciembre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las tardes de los sábados en el cine de barrio son casi exclusivamente suyas. Está muy trillado y encasillado como actor maduro de comedias. Pero cuánto nos ha hecho reír Paco Martínez Soria, cuántas veces hemos repetido con esas peliculillas que no se pueden considerar como lo más florido del cine español, pero sí entrañables, tradicionales como las Navidades. Su nombre suena al de ese abuelo catetillo pero pícaro, con la sabiduría del pueblo y de los años, cariñoso, familiar, patoso, firme cuando debe serlo, baluarte de los valores de siempre, pilar bondadoso y desinteresado, que babea por el género femenino de carnes prietas, y que rara vez se sienta al lado de un par de piernas generosas sin sobarlas así como el que no quiere la cosa, sacando sus dotes de seductor apolillado, aunque eso sí, sin faltar nunca en serio a la parienta, caso de tenerla, porque pese a su alma de mujeriego el matrimonio es sagrado para él.
El maño de Tarazona dejó grabada para siempre la estampa del aldeano recalcitrante de la España rural. Y en ninguna película como en "La ciudad no es para mí", en el mejor papel de su carrera cinematográfica, porque por mucho que lo hayamos visto en caracterizaciones similares, en ninguna conmueve tanto como en ésta. Nos ha hecho reír mucho, pero ponernos un nudo en la garganta, no nos lo ha puesto como aquí, en esas escenas que son de lo mejor de ese cine modesto, ligero, ya un poco pasado, pero que dice cosas que ojalá siempre permanezcan vigentes, el amor, el respeto, la comprensión, dormirse todas las noches con la conciencia tranquila porque uno ha hecho feliz a los demás.
Esta comedia también fue una especie de trampolín de actores muy conocidos de la época, Gracita Morales (y su eterna chacha de voz estridente), Sancho Gracia, Alfredo Landa, José Sacristán, y otros habituales de las comedias de Don Paco.
No hace daño verla otra vez en una tarde de sábado. Qué tendrá, que a una no le importa repetir.
Vivoleyendo
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