Haz click aquí para copiar la URL
Voto de TheYllusionist:
3
Drama Ramón (Javier Bardem) lleva casi treinta años postrado en una cama al cuidado de su familia. Su única ventana al mundo es la de su habitación, que da al mar, donde sufrió el accidente que interrumpió su juventud. Desde entonces, su único deseo es morir dignamente. En su vida ejercen una gran influencia dos mujeres: Julia (Belén Rueda), una abogada que apoya su causa, y Rosa (Lola Dueñas), una vecina que intenta convencerlo de que vivir ... [+]
10 de marzo de 2012
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guion al milímetro y realización brillante. Bajo la aparente intención de homenajear un caso de injusticia social, el director consigue embutirnos en la cabeza la idea de que la eutanasia es un himno a la libertad.

Sin adentrarme en debates éticos y moralistas, quisiera que nos detuviéramos a pensar un poco. Tal y como se nos muestra, cualquiera elegiría lo mismo que eligió Sampedro. Sin embargo, ¿ocurrieron así las cosas? Lanzo la pregunta al aire porque, según mi parecer, esta película no deja ningún margen de interpretación: Ramón tiene que morirse. Nadie puede opinar lo contrario, de lo contrario no recibiría más que burlas o insultos.

La película nos arranca las lágrimas de cuajo en ciertas escenas y nos hace alegrarnos de un final que, en el fondo, debería ser insuficiente para cualquiera que intuya que la muerte es algo más que un mero trámite. Amenábar nos asfixia, nos obliga a aplaudir la incuestionable decisión de Ramón, sin preocuparse en absoluto de nosotros. Amenábar no ha querido que pensemos, que decidamos qué hubiera sido mejor. No ha dejado un espacio a la interpretación libre del espectador, sino que le ha seducido (¿manipulado?) a pensar como él quería. Brillante trabajo de dirección, pero pobre consideración del ciudadano. Porque veamos: al espectador medio, ¿qué alternativa se le puede ocurrir? Ramón vive en soledad (pese a estar acompañado), inmovilidad, amargura y único deseo de morirse. Un cura acompañado de un monaguillo pusilánime, que en ningún momento empatiza con el enfermo, intenta sermonearlo desde lo bajo de la escalera con argumentos místicos. Una de tantas escenas que sólo revelan la ideología de fondo. Debo decir que me niego a pensar que esto ocurriera así.

Al principio, Ramón quiere morirse porque no encuentra motivos para no hacerlo. Pero luego su vida cambia. En primer lugar, Julia, su enamorada, le hace sentirse "útil" de nuevo. Después está Rosa; una vecina que, con total libertad, se dirige a él para intentar decirle que la vida merece la pena. ¿Realmente el filme trata ese gesto como se merece? Sin olvidar que Ramón empieza a escribir un libro, y podría haber escrito algunos más si no se hubiera empeñado en que quería morir. Por no hablar de que personas mucho menos cuidadas luchan todos los días por sobrevivir y no se hacen películas en su honor.

En resumen; Amenábar nos la ha vuelto a jugar. A modo personal, diré que me resulta mucho más admirable la decisión de seguir luchando (Internet está poblado de testimonios; podéis buscarlos) que la supuesta valentía de interrumpir el dolor y bajarse del barco. Pero, insisto, esto deberíamos juzgarlo cada uno, así como deberíamos pararle los pies a cualquier director de cine que intentara vendernos una historia tan seria de una forma tan maquiavélica. Y si hay que ir a contracorriente, se va.
TheYllusionist
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow