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Voto de Teresa:
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Terror. Ciencia ficción
Herbert West estudia en Europa métodos regenerativos junto a un conocido científico, que muere en extrañas circunstancias. Herbert viaja a EEUU, donde se matricula en la Miskatonic University. Allí continúa con sus experimentos, que tienen la intención de alcanzar la fórmula que permita reanimar los muertos. Su compañero de piso Dan y la novia de éste, Megan, se verán envueltos en el macabro proyecto. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego no me puedo imaginar al maestro Lovecraft escribiendo en el mismo tono serio que su antecesora Mary Shelly, cuando aquella noche tormentosa empezó a imaginar su famoso Frankestein; esa gran obra del romanticismo, que no es de terror como lo entendemos en el presente, sino que trata de la oscuridad del alma humana y de cómo el hombre niega todo lo que no entiende. Sin embargo Lovecraft, utiliza la idea de Shelly pero no de modo filosófico, sino al más puro estilo moderno, con personajes más locos, menos profundos y mucho más extravagantes. Por lo demás, Lovecraft nada tiene que ver con Shelly ni con prácticamente nadie conocido hasta el momento, pues a pesar de ser un escritor fantasma y escribir para otros como Robert E. Howard, Robert Block, Clark Ashton Smith o August Derleth, logró, gracias a estas colaboraciones, que se salvaran sus obras y no se olvidasen, creando un mundo propio, con sus monstruos y sus lugares particulares. Pero no fue hasta hace poco menos de un año que me rendí a sus descripciones, a su fantasía, a todo su imaginario al que Stephen King siempre hace referencia. Ahora soy consciente de que para entender una película de Lovecraft o basada en algo suyo, primero tienes que leer y conocer su obra, y creedme, este loco os va encantar. En mi caso no fue Re Animator la que me animó a descubrir al autor, sino The Descent; con ella descubrí En las Montañas de la Locura, donde se cuenta una historia muy interesante sobre las criaturas que se harían famosas con la película. Pero es el turno del doctor…
El doctor Herbert West y sus experimentos para reavivar las células muertas y devolverlas a la vida resultan perturbadoras, pero a la vez te descubres sonriendo y pensando… ¡pero qué loco, doctor West, a quién se le ocurre! Llevo muchos años disfrutando de la trilogía (que es un conjunto de historias actualizadas a nuestros días relacionadas con Herbert West) y es ahora cuando me decido a animaros, no sólo a ver las cintas, sino a disfrutar con las historias escritas. Suelen ser cortas (una media de 60 páginas cada una), en tono ligero pero con el lenguaje culto y aristocrático que caracterizaba a la época. No puedo pensar en otros actores que quizás en su día hubieran estado mejor escogidos (por las descripciones que hace de los personajes Lovecraft) pero que ahora se me hace imposible vislumbrar ya que mi mente sólo tiene a Jeffrey Combs como Herbert West y a Bruces Abbott Como Dan Cain.
El doctor Herbert West y sus experimentos para reavivar las células muertas y devolverlas a la vida resultan perturbadoras, pero a la vez te descubres sonriendo y pensando… ¡pero qué loco, doctor West, a quién se le ocurre! Llevo muchos años disfrutando de la trilogía (que es un conjunto de historias actualizadas a nuestros días relacionadas con Herbert West) y es ahora cuando me decido a animaros, no sólo a ver las cintas, sino a disfrutar con las historias escritas. Suelen ser cortas (una media de 60 páginas cada una), en tono ligero pero con el lenguaje culto y aristocrático que caracterizaba a la época. No puedo pensar en otros actores que quizás en su día hubieran estado mejor escogidos (por las descripciones que hace de los personajes Lovecraft) pero que ahora se me hace imposible vislumbrar ya que mi mente sólo tiene a Jeffrey Combs como Herbert West y a Bruces Abbott Como Dan Cain.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Herbert West es un estudiante de medicina que al no poder continuar con sus experimentos secretos en Europa decide irse a la universidad de Miskatonic, que se encuentra en Arkham, Massachusetts, Estados Unidos. Recalco el lugar porque está dentro del universo del escritor, que al igual que haría mucho tiempo después Stephen King con Maine o Derry, va a formar parte de casi todas sus novelas. West es un tipo callado, totalmente amoral y que busca un piso para vivir; en el hospital ve el anuncio de una habitación que se alquila en una casa que era una antigua morgue; perfecto para nuestro protagonista que no duda en presentarse en casa del que será su compañero de experimentos, el también doctor Dan Cain. West no tiene problemas en matar al gato de Cain para inyectarle su pócima de reanimación, tampoco en robar partes de cuerpos de la sala de autopsias del hospital donde trabajan o incluso de cortar la cabeza de algún médico más temible que el propio West.
Es una trilogía divertida de ver, la ambientación es excelente y la música de Richard Band (conocido por sus composiciones en películas de terror y ganador a la mejor banda sonora original por From Beyond en el festival de Sitges) me recuerda un poquito a la de psicosis (escena en la que ella va con el coche emparanoiada con que la pillen). El director de esta primera parte es Stuart Gordon, que fue un director muy fan de la obra de Lovecraft y adaptaría varias de sus relatos como Dagon, From Beyond o Castle Freak (basada en El Extraño). El actor Jeffrey Combs se convirtió gracias a Re Animator en un icono del terror y volvió a trabajar con algunos de sus compañeros (con Barbara Crampton); después aparecería en Aún sé lo que Hicisteis el Último Verano o en la conocida House On Haunted Hill. También aparece en Star Trek.
Para ser un filme de 1985 tiene una pasada de efectos especiales que no han envejecido absolutamente nada. Merece la pena ver las tres seguidas, que aunque no son del mismo director están muy bien también ya que siguen con la estética y estilo de la primera. Muchas escenas han pasado a la historia, como la mano con un ojo incrustado andando por la casa, la cabeza del doctor salido intentado tener sexo con la novia de Dan o la del perro con un brazo humano en lugar de una pata. Todo es bastante demencial y enfermizo, pero a la vez es maravilloso.
La idea de hacer la película surgió (o eso dicen) después de ver una peli de vampiros y comentar que estaban hartos de Dráculas y Frankestein; uno de los presentes le preguntó entonces a Gordon si había leído Herbert West: Re-Animator de Lovecraft, pero justo esa historia no la tenía, así que fue a cogerla de la biblioteca. Le encantó la idea y quiso escribir algo para teatro o serie, pero el especialista en efectos especiales Bob Greenberg, que había trabajado con el archiconocido John Carpenter le convenció de que sólo en el cine había lugar para el terror. Finalmente fue el productor Brian Yuzna el que convenció a Gordon de filmar en Hollywood, sobre todo por el gasto en efectos especiales.
Magníficos los ochenta que nos trajeron obras maestras como ésta y muchas más.
Es una trilogía divertida de ver, la ambientación es excelente y la música de Richard Band (conocido por sus composiciones en películas de terror y ganador a la mejor banda sonora original por From Beyond en el festival de Sitges) me recuerda un poquito a la de psicosis (escena en la que ella va con el coche emparanoiada con que la pillen). El director de esta primera parte es Stuart Gordon, que fue un director muy fan de la obra de Lovecraft y adaptaría varias de sus relatos como Dagon, From Beyond o Castle Freak (basada en El Extraño). El actor Jeffrey Combs se convirtió gracias a Re Animator en un icono del terror y volvió a trabajar con algunos de sus compañeros (con Barbara Crampton); después aparecería en Aún sé lo que Hicisteis el Último Verano o en la conocida House On Haunted Hill. También aparece en Star Trek.
Para ser un filme de 1985 tiene una pasada de efectos especiales que no han envejecido absolutamente nada. Merece la pena ver las tres seguidas, que aunque no son del mismo director están muy bien también ya que siguen con la estética y estilo de la primera. Muchas escenas han pasado a la historia, como la mano con un ojo incrustado andando por la casa, la cabeza del doctor salido intentado tener sexo con la novia de Dan o la del perro con un brazo humano en lugar de una pata. Todo es bastante demencial y enfermizo, pero a la vez es maravilloso.
La idea de hacer la película surgió (o eso dicen) después de ver una peli de vampiros y comentar que estaban hartos de Dráculas y Frankestein; uno de los presentes le preguntó entonces a Gordon si había leído Herbert West: Re-Animator de Lovecraft, pero justo esa historia no la tenía, así que fue a cogerla de la biblioteca. Le encantó la idea y quiso escribir algo para teatro o serie, pero el especialista en efectos especiales Bob Greenberg, que había trabajado con el archiconocido John Carpenter le convenció de que sólo en el cine había lugar para el terror. Finalmente fue el productor Brian Yuzna el que convenció a Gordon de filmar en Hollywood, sobre todo por el gasto en efectos especiales.
Magníficos los ochenta que nos trajeron obras maestras como ésta y muchas más.