Es el primer largometraje de Buster Keaton que me parece de una genialidad superior a los anteriores que protagonizó y/o dirigió. Redondo en su argumento y con escenas y gags inolvidables.

Un joven millonario corteja a su también acaudalada vecina pero ésta no acepta la petición de boda. Producto del azar, ambos se encuentran a la deriva en un barco en el que son sus únicos ocupantes. Acostumbrados a que todo se lo hagan sus sirvientes, no son capaces de realizar tareas cotidianas cómo prepararse la comida.

El film se desarrolla en su mayor parte en el escenario único del barco y es allí dónde Keaton utiliza su comicidad e inventiva visual para asombrar con algunos de sus mejores secuencias como cuando embutido en un traje de submarinista baja al fondo del mar a reparar el casco del barco.

Está claro que el guión inventa una situación para juntar a los dos protagonistas en el barco y que una vez que se estira el metraje en ese lugar, aparecen unos indígenas para que el ritmo no decaiga, pero la película me convence en su casi totalidad y volver a verla me ha producido verdaderas ganas de seguir viendo el resto de los largometrajes de este cineasta.

http://cdecine.blogspot.com/2009/11/navigator-el-navegante-1924-donal-crisp.html