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Voto de Yocono:
7
1989
6.7
96,521
Animación. Fantástico. Musical. Infantil
Ariel, hija del rey Tritón, es la princesa de las sirenas. Está a punto de celebrarse su fiesta de cumpleaños y su mayor ilusión es poder conocer a los seres humanos. Con la ayuda de la bruja Úrsula, Ariel consigue subir a la superficie, donde salva de morir ahogado a un hermoso príncipe, cuyo barco acaba de naufragar, del que se enamora perdidamente. (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
10: Magistral dirección, animación y efectos visuales.
10: Música magistral de Alan Menken, que además ayuda a lacrimar en las emociones tristes.
6: Historia convencional.
4: Final decepcionante. El desarrollo también lo es porque se comprime todo en una hora y veintidós minutos de duración. Además, otras películas más infravaloradas que ésta injustamente son peor calificadas cuando su desarrollo es mucho mejor y prácticamente tienen la misma duración, y esta por ser un clásico popular se sobrepone injustamente.
3: Cuando eres adulto te puede impacientar, y su popularidad ya te hace saber lo que debes esperar, es decir, que no hay sorpresas. De niño tampoco resulta una película especialmente memorable, al contrario que otras que sí, que están más infravaloradas injustamente.
(10+10+6+4+3) / 5 = 6,6
Redondeada la nota da 7.
En términos generales, siento que estoy en el ocaso de mi vida, a pesar de mi juventud, debido a la banalidad y soledad de los nuevos tiempos, y esta película me ha hecho sentir una nostalgia amarga debido a que se siente ya de otra época, generación y modo de vida muy distinto al actual.
10: Música magistral de Alan Menken, que además ayuda a lacrimar en las emociones tristes.
6: Historia convencional.
4: Final decepcionante. El desarrollo también lo es porque se comprime todo en una hora y veintidós minutos de duración. Además, otras películas más infravaloradas que ésta injustamente son peor calificadas cuando su desarrollo es mucho mejor y prácticamente tienen la misma duración, y esta por ser un clásico popular se sobrepone injustamente.
3: Cuando eres adulto te puede impacientar, y su popularidad ya te hace saber lo que debes esperar, es decir, que no hay sorpresas. De niño tampoco resulta una película especialmente memorable, al contrario que otras que sí, que están más infravaloradas injustamente.
(10+10+6+4+3) / 5 = 6,6
Redondeada la nota da 7.
En términos generales, siento que estoy en el ocaso de mi vida, a pesar de mi juventud, debido a la banalidad y soledad de los nuevos tiempos, y esta película me ha hecho sentir una nostalgia amarga debido a que se siente ya de otra época, generación y modo de vida muy distinto al actual.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Detalles de la película:
Ariel, el único personaje que de facto posee ojos algo más agrandados que los del resto y con un brillo en el centro de la pupila para que parezca el más atractivo, gentil e infantil, es amiga de un pez, un cangrejo y una gaviota. Al principio el cangrejo defiende la sobreprotección del rey Tritón a su hija Ariel para que no salga a la superficie a relacionarse con los humanos después de haberse perdido el concierto de su fiesta de su dieciséis cumpleaños. Ella, fascinada por las maravillas bellas que crea la especie humana, se dedica a coleccionar lo que la gaviota denomina como cachivaches, como yo hago con canciones que me gustan de los años cincuenta y sesenta.
Cangrejo debe vigilar por orden del rey a Ariel. Un día se le escapa sin querer que una noche Ariel salvó al príncipe de morir ahogado tras un naufragio por tormenta, después de fascinada acercarse al navío por celebrarse una fiesta con fuegos artificiales a bordo (el príncipe cree que sabrá cuál es la chica de sus sueños cuando sienta un golpe como una tormenta). Ariel le canta la conmovedora canción en ese momento, que se convertirá en el lacrimógeno late motiv a lo largo de la cinta.
El príncipe tiene un perro llamado Max, que encuentra a Ariel con piernas en una playa después de que ella ha firmado un contrato con la bruja del mar llamada Úrsula a cambio de su voz. Si antes de tres días el príncipe le da un beso de amor verdadero, se quedará como humana para siempre. Como es muda, pero encantadora, el príncipe está encantado de acogerla en su palacio, pero no sabrá su nombre hasta una noche en la que el cangrejo Sebastian prepara el ambiente romántico a través de la música, de estilo cercano al tipo de música que me gusta a mí, y con bella visualización romántica propia del anochecer en la animación que la representa, pero los ayudantes de Úrsula interrumpen el beso.
El príncipe cree que su amor verdadero es la persona que le cantaba el late motiv, que obsesionado lo toca con su instrumento semejante a una flauta o flautín. Úrsula se ha transformado en una versión dulce y bella como Ariel, pero algo menos inocente y más turgente, y ha tomado la voz de Ariel para así, hechizando con ella al príncipe y logrando que decida casarse con ella de inmediato. Hasta ese momento lo más alocado que había ocurrido era que la pesadilla del cangrejo de no vivir en el fondo del mar como cantaba en su optimista canción se iba a hacer realidad estando a punto de ser cocinado vivo por un estereotipo francés. Detalles como la opereta que suena durante ese momento, y para los niños encontrarse sin previo aviso con un mundo probablemente del siglo XVIII no nos rechina, nos da más bien la sensación de estar aglutinando en ese momento vidas pasadas antes de nacer en la actual, un efecto que también logro recrear en mis montajes con canciones que colecciono en mi canal de Youtube, y que para los niños significa que ese mundo existe en el actual debido a su limitado conocimiento del mundo, quizá por eso de adultos lo confundamos con deja vus de vidas pasadas.
Para evitar que el plan de Úrsula funcione, la gaviota, que se acaba de dar cuenta del percal, se reúne con otros animales marinos para molestarla y distraerla durante la ceremonia. En esa secuencia se precipita de mala manera el asunto, por lo que me ha resultado decepcionante, así que se le cae el colgante con forma de caracola donde almacena la voz y ésta se traspasa a la garganta de su legítima dueña Ariel, haciendo que el príncipe se enamore de ella. Úrsula vuelve a transformarse en la caricaturesca bruja, toma a Ariel, el rey Tritón se lo quiere impedir, pero le señala el contrato. El rey entonces decide sacrificarse por su hija, pero Úrsula es derrotada posteriormente por el príncipe gracias a un truco precipitado, devolviendo de nuevo la paz al reino. Al final Ariel y el príncipe se casan felices. Los créditos comienzan y se escucha algún sonido ochentero en el arreglo musical.
Ariel, el único personaje que de facto posee ojos algo más agrandados que los del resto y con un brillo en el centro de la pupila para que parezca el más atractivo, gentil e infantil, es amiga de un pez, un cangrejo y una gaviota. Al principio el cangrejo defiende la sobreprotección del rey Tritón a su hija Ariel para que no salga a la superficie a relacionarse con los humanos después de haberse perdido el concierto de su fiesta de su dieciséis cumpleaños. Ella, fascinada por las maravillas bellas que crea la especie humana, se dedica a coleccionar lo que la gaviota denomina como cachivaches, como yo hago con canciones que me gustan de los años cincuenta y sesenta.
Cangrejo debe vigilar por orden del rey a Ariel. Un día se le escapa sin querer que una noche Ariel salvó al príncipe de morir ahogado tras un naufragio por tormenta, después de fascinada acercarse al navío por celebrarse una fiesta con fuegos artificiales a bordo (el príncipe cree que sabrá cuál es la chica de sus sueños cuando sienta un golpe como una tormenta). Ariel le canta la conmovedora canción en ese momento, que se convertirá en el lacrimógeno late motiv a lo largo de la cinta.
El príncipe tiene un perro llamado Max, que encuentra a Ariel con piernas en una playa después de que ella ha firmado un contrato con la bruja del mar llamada Úrsula a cambio de su voz. Si antes de tres días el príncipe le da un beso de amor verdadero, se quedará como humana para siempre. Como es muda, pero encantadora, el príncipe está encantado de acogerla en su palacio, pero no sabrá su nombre hasta una noche en la que el cangrejo Sebastian prepara el ambiente romántico a través de la música, de estilo cercano al tipo de música que me gusta a mí, y con bella visualización romántica propia del anochecer en la animación que la representa, pero los ayudantes de Úrsula interrumpen el beso.
El príncipe cree que su amor verdadero es la persona que le cantaba el late motiv, que obsesionado lo toca con su instrumento semejante a una flauta o flautín. Úrsula se ha transformado en una versión dulce y bella como Ariel, pero algo menos inocente y más turgente, y ha tomado la voz de Ariel para así, hechizando con ella al príncipe y logrando que decida casarse con ella de inmediato. Hasta ese momento lo más alocado que había ocurrido era que la pesadilla del cangrejo de no vivir en el fondo del mar como cantaba en su optimista canción se iba a hacer realidad estando a punto de ser cocinado vivo por un estereotipo francés. Detalles como la opereta que suena durante ese momento, y para los niños encontrarse sin previo aviso con un mundo probablemente del siglo XVIII no nos rechina, nos da más bien la sensación de estar aglutinando en ese momento vidas pasadas antes de nacer en la actual, un efecto que también logro recrear en mis montajes con canciones que colecciono en mi canal de Youtube, y que para los niños significa que ese mundo existe en el actual debido a su limitado conocimiento del mundo, quizá por eso de adultos lo confundamos con deja vus de vidas pasadas.
Para evitar que el plan de Úrsula funcione, la gaviota, que se acaba de dar cuenta del percal, se reúne con otros animales marinos para molestarla y distraerla durante la ceremonia. En esa secuencia se precipita de mala manera el asunto, por lo que me ha resultado decepcionante, así que se le cae el colgante con forma de caracola donde almacena la voz y ésta se traspasa a la garganta de su legítima dueña Ariel, haciendo que el príncipe se enamore de ella. Úrsula vuelve a transformarse en la caricaturesca bruja, toma a Ariel, el rey Tritón se lo quiere impedir, pero le señala el contrato. El rey entonces decide sacrificarse por su hija, pero Úrsula es derrotada posteriormente por el príncipe gracias a un truco precipitado, devolviendo de nuevo la paz al reino. Al final Ariel y el príncipe se casan felices. Los créditos comienzan y se escucha algún sonido ochentero en el arreglo musical.