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España España · Barcelona
Voto de Glasshead:
8
Orozco el embalsamador
2001 Colombia
Documental, Intervenciones de: Froilan Orozco
5.8
182
Documental Documental en la línea de "Mondo Cane" o "Faces of death", que nos muestra el trabajo de Orozco, un embalsamador que trabaja en Colombia. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2011
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que la visión de este documental, que trata sobre la vida de un embalsamador (Orozco) en El Cartucho -uno de los barrios más pobres y violentos de Colombia-, produce una sensación chocante. Por un lado, acabamos desbordados por las continuas secuencias de embalsamamientos reales, en algunos casos muy crudas (por poner un ejemplo, el bebé), aunque esto se entiende al tener en cuenta que el director, el japonés Tsurisaki Kiyotaka, es un fotógrafo especializado en retratar la muerte. Por otro lado, estas secuencias, aunque bastante desagradables, son uno de los puntales sobre los que se configura la fascinante estética, feísta, deprimida, macabra y desesperanzada de este documental: estética subrayada por una música de salsa bastante negra y minimalista, que resulta ideal, y por la grabación con sonido ambiente (no se entiende casi nada, pero ni falta que hace).

Porque esta es la ventaja que "Orozco" tiene sobre otros "Mondos" que no son más que una sucesión de "imágenes de muerte" para alimentar el morbo. En "Orozco", estas escenas tienen un sentido artístico, de representación de una determinada realidad, guardan una coherencia, son sólidas en el conjunto final. A esto contribuye la fotografía, gris y descarnada (casi se puede aspirar el polvo de cada escena), en un barrio prácticamente en ruinas donde los asesinatos en plena calle son el pan de cada día, donde la miseria se palpa en cada rincón y donde la vida no tiene absolutamente ningún valor (Orozco, el embalsamador, al tratar los cuerpos como meros objetos, sirve muy bien para representar esa nimia distancia que allí hay entre la vida y la muerte: en este documental, un muerto carece de toda dignidad y no es más que un trozo de carne).

Mención aparte es el personaje más o menos "central": el embalsamador Orozco, un hombre que había estado en el ejército y luego había sido policía, y que decide hacerse embalsamador "para embalsamar a más gente de la que había matado". Aunque al principio este hombre suscita cierta simpatía, poco a poco van quedando más evidentes, a medida que lo conocemos en la cinta, sus rasgos siniestros, el terror que sobrevuela su figura. De hecho, esto queda patente en la propia página web del documental, donde se dice que el director le preguntó a Orozco fuera de cámara si sería posible rodar necrofilia o incluso una película snuff, y este le dijo que sí, siempre que tuviese la cantidad de dinero necesaria.

En fin, y para resumir: no soy un fan de los documentales Mondo, me desagradan mucho. Pero creo que lo que hace "Orozco" es aprovecharse de los mecanismos de este género para ir más allá. Orozco logra una estética propia muy definida, quizá cuestionable desde el punto de vista de determinados gustos (ciertamente, no es apta para cualquiera), pero al fin y al cabo artística: y cuando hemos acabado de verlo, sabemos que una parte de esa Colombia en crisis, arruinada, sucia y brutal ha quedado con nosotros. Para mí, ése es su mayor logro.
Glasshead
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