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España España · A Coruña
Voto de ZetaZero:
6
Animación. Terror. Acción. Fantástico Una nueva raza de vampiros ha surgido de la oscuridad. Están entre nosotros, acechando, sedientos de sangre en busca de nuevas víctimas. Una guerra silenciosa entre vampiros y humanos ha estallado. Una organización secreta ha sido designada para limpiar el mundo de esta amenaza. Entre sus mejores agentes se encuentra una misteriosa muchacha llamada Saya, cuyo carácter frío y calculador la convierten en la mejor cazadora de vampiros. Por ... [+]
2 de junio de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando alguien pretende sumergirse en la franquicia Blood, hay que señalar que el punto de partida se encuentra en el mediometraje de 45 minutos dirigido por Hiroyuki Kitakubo (Roujin Z, 1991; y Golden Boy, 1995-1996): Blood: The Last Vampire (2000). En su momento este filme triunfó llevándose premios en festivales de cine y animación y alabanzas por parte de numerosos fans y algunos críticos. Parte de este éxito se debió a que era una cinta pensada para llegar al espectador extranjero, con elementos argumentales atractivos para un público no exclusivamente japonés y la filmación prácticamente en inglés. Pero también su éxito radicaba en el uso de animación digital para varias de las etapas del proceso de producción como el coloreado. En una época en que el anime estaba cambiando los métodos tradicionales por los digitales lo hacía resaltar entre la mayoría, sobre todo porque el resultado fue mucho más espectacular.

A diferencia de otras obras de la misma franquicia, Blood: The Last Vampire puede ser catalogada como una sencilla introducción a su universo. De hecho, muy escueta porque apenas proporciona información de quien vendrían a ser la organización secreta, Saya y los Quirópteros. En términos simples, es una película de acción con elementos de terror que trata sobre una poderosa vampiresa asesinando seres malignos que amenazan a la especie humana. Nada más. Casi podría pasar por un capítulo de alguna serie de acción sin muchas pretensiones porque argumentalmente resulta básica hasta para el cine de acción de aquel tiempo. Apenas posee un contexto mínimo capaz de responder las preguntas del espectador sobre los elementos clave de la narración.

Sin embargo, fuera de su excelente producción podemos apuntar más de un rasgo notable. Uno de ellos se corresponde con su atmósfera, caracterizada por ser sombría y apagada. La débil iluminación, los colores marrones, grises y negros, la piel pálida de los personajes, el dominio de la noche o los últimos momentos del atardecer, el silencio o el comportamiento frío de Saya. Todos los elementos contribuyen a dejar esta sensación de que el conjunto resulta bastante lúgubre. Un mérito que es extraño en la animación japonesa, donde hasta en las obras de terror hay demasiados hechos llamativos y extravagantes. Si bien lo que más llama la atención es que resulta sutil al limitar las diálogos y dar prioridad al silencio, demostrando que sabe comunicar sin palabras. (Spoiler 1)

Otro hecho a resaltar es, por supuesto, la acción. A pesar de que carece de la desproporción distintiva del anime más violento, Blood: The Last Vampire se caracteriza por los enfrentamientos con monstruos en los que la acción resulta sangrienta y ágil. (Spoiler 2)

Por desgracia, los puntos favorables que acabo de enumerar y explicar no disculpan un gran problema de la película: los personajes. La protagonista, Saya, es el mayor inconveniente porque el personaje es seco y frío. En ningún momento se abre al espectador sino que se limita a cumplir su misión y buscar la manera de llevarla a cabo. Sabemos que se caracteriza por ser solitaria, arisca y antisocial con los que le rodean, pero en ningún momento se exploran las razones detrás de ello. Evidentemente, el subtexto nos da a entender que el personaje arrastra un conflicto interno relacionado con el hecho de que sea la única de su especie y con la distancia entre ella y nosotros. De hecho, la breve relación entre Saya y la enfermera saca un poco a la luz esta problemática por la forma en que interactúa con ella en medio del peligro. Sin embargo, el conflicto finalmente permanece en la penumbra y la imagen que nos queda sobre esta relación es la de una mujer que se las pasa gritando y la de otra que pretende desembarazarse de la primera. De enemigos hay menos de que hablar por su muy "brillante" oquedad. Podrían ser sustituidos por otros engendros con sus mismos atributos y no habría ninguna diferencia. Más allá de sugerir cierto deseo por sobrevivir, no hallo ninguna cuestión vinculada a estos. El único mérito que les encuentro es su horripilante diseño, que ilustra cómo es una criatura inferior a un vampiro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
ZetaZero
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