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España España · Madrid
Voto de Servadac:
6
Drama Basada en hechos reales. Una familia burguesa decide desprenderse de todos sus bienes y vivir según una concepción espiritual del mundo, que llevarán hasta las últimas consecuencias... (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2008
72 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haneke, después de varias obras para la televisión, aborda con El séptimo continente, su primer largometraje cinematográfico.

Retrata el tedio de la vida burguesa occidental mediante una técnica casi entomológica. Fragmenta el tiempo (secuencias separadas por veladuras negras que duran varios segundos) y el espacio (primeros planos e insertos) para mostrarnos la realidad vacía y aburrida de la existencia en los países ricos.

Un detalle da la voz de alarma: la hija, Eva, se finge ciega en el colegio.

Luego vendrán las crisis de ansiedad y la constatación del absurdo cotidiano. Cambian las fechas, pero los encuadres y los hechos son idénticos. Los planos siguen siendo fijos, estáticos, con esa fijeza que caracteriza al rígor mortis.

Como telón de fondo la imagen de una antípoda, física (Austria-Australia) y psíquica (Vida-Muerte), simbolizada en una playa inquietante y turbadora (la playa está construida mediante la superposición de varias imágenes y crea un efecto que desasosiega: la luz, los montes, la cadencia de las olas, la falta de elementos vivos).

El planteamiento de Haneke es transparente. Sus personajes no son sino artefactos, espejos neutros en los que mirarse. Carecen, por tanto, de verdadera identidad. Todo en ellos es cíclico, mecánico. Tal procedimiento suele provocar dos reacciones contrapuestas: la identificación mimética (observarse en el otro) o el distanciamiento.

El séptimo continente más que cine-ficción es cine-ensayo. Cine de análisis psicológico y social. El primer volumen de la tesis doctoral en que se constituye la filmografía de Haneke.

El final es previsible, una falsa catarsis que, lejos de liberar, confirma el pesimismo del diagnóstico.

Leo en un periódico: “En la actualidad, la depresión es la cuarta causa de discapacidad mundial entre todas las enfermedades. La OMS estima que en 2020 será la segunda. Sólo en Europa, uno de cada diez ciudadanos padece alguna disfunción mental; un uno por ciento, grave. Los expertos coinciden en una clave: le exigimos demasiado a la vida.”

¿Uno de cada diez? Me asombra un porcentaje tan exiguo.
Servadac
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