Regreso a Moira nos narra una historia del pasado, el amor (casi) prohibido entre Tomás (Juan José Ballesta) y Moira (Natalia Millán). Ella es mayor que él, pero el problema es que todos en el pueblo creen que es una bruja, literalmente.

La película se debate entre la intriga (con algún susto que la aproxima al género de terror) y el drama romántico (su indefinición puede ser un problema para acercarla a determinado tipo de público), siendo su trama ciertamente interesante, aunque su ritmo resulte de lo más inconsistente. Uno de los puntos fuertes lo encontramos en el más que correcto trabajo de ambientación, algo que resulta especialmente importante en una producción de estas características (por la época que recrea y por el tono de la misma en general).

En el apartado interpretativo convendría resaltar la actuación de Millán (a pesar de que la mayoría de las veces parezca recitar sus diálogos entre susurros), no así la de Ballesta, la cual resulta tosca, torpe y poco creíble. Regreso a Moira es, en definitiva, una propuesta loable, que cuenta con las dosis de sangre justas y con algún momento de suspense destacado.