Yo creo que es el cariño que uno le va cogiendo a los personajes.
La primera entrega, me pareció una película pasable, con un lenguaje demasiado vulgar y una trama bastante pobre.
La segunda, me pareció mejor, los chavales se les iba viendo más maduros y yo al menos lo agradecí.
Para la tercera definitivamente ya me ha gustado lo suficiente como para recomendarla. Y es que realmente parece otra película, como si no hubiera tenido nada que ver con la primera.
Me llevé un buen sabor de boca al terminar de verla, pero como dije, puede que sea eso, que le vas cogiendo cariño a los personajes.
Destaco, sobre todo, a Steve Stifler, que para mi fue con mucho el que tiró del carro en esta película haciéndola realmente buena, me reí mucho con algunas de las escenas protagonizadas por este chico.