Son estos tiempos en que cuatro millonarios, billonarios americanos, millasdistas europeos, sí, esos cuatro en los que estáis pensando, los que se reparten nuestros datos, bueno, más que nuestros datos a nosotros enteros, con datos y venas, y no nos comparten, nos poseen, y ellos, los cuatro, se tienen celos, quieren la exclusiva cada uno, y pagan decenas de miles de millones por exclusivamente nuestros datos, por nosotros.

Y sí, quieren tenernos, introducirse dentro de nuestros cuerpos, que no tengamos escapatoria, y ellos a Marte, a jugar, a mirar, a cobrar, a ingresar.

Y ella, con esa risa tan extremadamente divertida, con esa constante peineta, con esa necesidad de escape, intenta zafarse. Pero no, es ultrajada, violada, poseída, convertida en materia prima, y está sola, y está rodeada por personas solitarias, egoístas. La marean, la manipulan, y no se deja. Pero no puede huir, es otra prisionera, otro prisionero.

La serie es fresca, descarada y llena de colores.