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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Ciencia ficción. Aventuras Unidos por el mismo destino, una adolescente inteligente y optimista, llena de curiosidad científica, y un antiguo niño prodigio inventor, hastiado por las desilusiones, se embarcan en una peligrosa misión para desenterrar los secretos de un enigmático lugar localizado en algún lugar del tiempo y el espacio, conocido en la memoria colectiva como “Tomorrowland”, y así salvar a la humanidad. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2015
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Correcto filme de ciencia-ficción con toques de aventura familiar a lo Disney de la mano de Brad Bird, director de confianza de la casa que también ha hecho su contribución al cine comercial de gran formato dirigiendo “Misión imposible: Protocolo Fantasma” (2011).

“Tomorrowland” cuenta la historia de dos niños que no se conocen entre sí pero que tienen inquietudes parecidas: ambos sueñan con un mundo mejor. Lo que les une es el haber descubierto una realidad escondida entre el tejido espacio-temporal, con una utópica ciudad futurista construida por los hombres y mantenida en secreto por el bien de la Humanidad, heredera del futuro de la misma.

El filme entra dentro de esa ciencia-ficción especulativa que analiza el pasado y el presente y se atreve a pronosticar el futuro según las pautas seguidas. Bird nos muestra una visión optimista sobre esa realidad protegida por el espacio-tiempo, sin dejar de lado el mensaje oscuro apocalíptico sobre el destino de toda la Humanidad. Para contrastar entre una realidad y otra, el impacto visual es brutal, mostrándonos unas imágenes maravillosas de una ciudad brillante, avanzadísima y aparentemente pacífica y equilibrada en todos los sentidos.

A pesar de la premisa tan interesante que se plantea, a la altura de las utopías clásicas (a las que se hacen referencia en algún momento, como las de Orwell, Huxley o Verne), la cinta no se sostiene en cuanto a su desarrollo. Podemos pensar que es lógico que la Disney no pretenda hacer un filme complejo, ya que es un producto destinado a jóvenes, pero se queda corto haciendo que la historia caiga en los más predecibles convencionalismos. La moralina de rigor, de espíritu spielbergiano, se resume en que si la Humanidad necesita salvadores, éstos no serán los científicos más inteligentes, sino los soñadores más imaginativos, y todo ello expuesto con sermones de telepredicador naïf.

Como anécdota, varias de las escenas que se desarrollan en la ciudad futurista se rodaron en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, cuyo estilo arquitectónico da la imagen perfecta para una ciudad futurista como la imaginada por Bird.

En el reparto no hay en realidad nada que destacar. Ni siquiera George Clooney, que de siempre me ha gustado especialmente, logra ni un registro destacado. Britt Robertson hace un papel correcto sin más, y Hugh “Doctor House” Laurie no es precisamente el mejor villano de la historia del cine.

Cabe destacar un hecho que quizás a los jugadores de “Bioshock Infinite” no se les ha pasado por alto, y es la tremenda semejanza con algunos aspectos de la película. El videojuego se desarrolla también en una ciudad utópica flotante, protegida del conocimiento de la Humanidad, y también se accede a ella por medio de una especie de “cohete” como el que alberga la Torre Eiffel en el filme. Una vez más, la ciencia-ficción acaba llegando al mismo sitio por caminos diferentes.

Interesante, pero con mucho potencial desaprovechado.
Richy
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