El tándem Mulcahy-Lambert vuelve a reunirse después de "Los Inmortales" para hacer la hasta ahora más descarada copia de la obra maestra de David Fincher, "Seven". En "Resurrección", se dan todas las circunstancias, escenarios, estilos y ambientes de la cinta de Fincher, con peores actuaciones y peor dirección, pero no por ello la película de Mulcahy es mala.

Es posible que la idea no sea original, que los personajes estén muy estereotipados y que los diálogos sean topicazos copiados de muchas otras películas, pero Russel Mulcahy supo entrar de lleno en la moda imperante por entonces sobre asesinos psicópatas, la aprovechó y dió tirón a esta cinta. Muy entretenida, con un ritmo excelente, mantiene al espectador atento y le da el misterio necesario en un thriller de estas características.

Esta vez, el asesino de turno es un peligroso psicópata que se dedica a amputar a sus víctimas partes de sus cuerpos para rehacer (físicamente) el cuerpo de Jesucristo, de manera que éste pueda resucitar el Domingo de Pascua. El policía (Christopher Lambert) y su compañero (Leland Orser) lo buscarán desesperadamente, pero el asesino siempre se les adelanta y deja tras de sí crímenes espeluznantes. También serán ayudados por un misterioso agente del FBI (Robert Joy), que parece saberlo todo sobre la psique del asesino... La trama tiene giros interesantes a pesar de su aparente linealidad, pero Mulcahy firma un thriller urbano entretenido y vistoso.

Aunque en este caso se hace muy difícil, debido a su calco con "Seven", es mejor intentar verla evitando las comparaciones más que evidentes y sacándole las escasas gotas de personalidad propia que, aunque parezca mentira, el filme tiene.

Y esperemos que alguna vez se de la "resurrección" del Sr. Lambert pues, aunque no lo hace del todo mal en esta película, desde "Lo Inmortales" sigue estando tan muerto como de costumbre interpretativamente hablando. Pero, en fin, no se le pueden pedir peras al olmo.