La película tiene en sus tres protagonistas, Olivia Colman, Raquel Weisz y Emma Stone, su mejor aunque no única baza. Las tres se lucen en sus personajes de Reina Ana de Inglaterra y sus acompañantes, en encarnizada lucha por ser las favoritas de la reina; una por no perder sus favores y la otra por esa trepa con demasiadas similitudes con la Eva de Mankiewicz. Es este el personaje más agradecido; lo que no significa que sea el mejor, pero le da a Emma Stone la opción de alejarse de su imagen dulce Lalalandesca y regalarnos la de una zorrona manipuladora. El hecho de que no mencioné a Raquel Weisz no significa que no esté a la altura, si no que tiene un papel donde, quizás, se luzca menos.

Las otras bazas son los decorados, tan excesivos pero que sacan a relucir toda la pomposidad y patetismo de esa gente. Ese mismo patetismo que está tan presente en esa Reina Ana interpretada por Olivia Colman visto, claro está, en versión original, ya que su versión doblada la convierten en algo demasiado cómico.

Por último, la fotografia puede llegar a sacar de quicio desde el momento que Lanthinos parece un niño al que le regalaron una Go Pro y tiene que estar en todo momento fotografiando a lo loco. Pero si se entra en el juego, se puede disfrutar de todas las virguerías, a base de gran angulares y ojos de pez que, aunque no lo vea lo más correcto para una película de época, queda de lo más molón.