Es un remake de un film de Archie L. Mayo ("Su última pelea"). Berkeley alcanzó gran fama y prestigio con sus coreografías y films musicales de los años 30 y 40 pero tiene en esta película un ejemplo magnífico de cine bien hecho. Es la historia de un joven y aparentemente ejemplar boxeador (Garfield), quien tras proclamarse campeón mundial de boxeo, y en medio de una noche de borrachera, se ve implicado en el asesinato de un periodista deportivo, debiendo huir y desaparecer... Cuenta con un reparto muy bueno (los Dead End Kids dan mucho juego al igual que en "Calle sin salida" de Wyler), con el gran Garfield a la cabeza en un papel tan típico como apropiado para su físico y talento. Berkeley imprime un ritmo ajustado, constante y muy llevadero, volviendo a verse el boxeo, el ring, como metáfora de la vida (la victoria/la derrota, el éxito/fracaso, héroes/villanos, ascenso/caída...).
La secuencia del depósito de agua es espléndida y las escenas de boxeo están notablemente rodadas. Música de Max Steiner y un film más que sólido.