Un excéntrico millonario invita a su castillo a los cinco detectives más importantes de la Historia, a fin de que una vez cometido un asesinato a medianoche, aquel que sea capaz de resolverlo, ganará un millón de dólares... Neil Simon adapta su propia obra teatral y Robert Moore la sirve con eficacia y no poca brillantez en momentos puntuales: indudablemente ingeniosa a la par que sangrantemente paródica en su concepción global hacia el género detectivesco y la propia inteligencia inherente al ser humano, "Un cadáver a los postres" se desliza en un permanente cachondeo e impostura, subvirtiendo el mundo policiaco/criminal de manera tan imperfecta como decididamente divertida en una postura humilde a la par que consistente y osada. De tal forma, surge un film desprejuiciado, notable y de lo más curioso, del todo infravalorado en su momento, hoy algo resucitado en algunos círculos.
Notable reparto e inolvidable personaje el del mayordomo ciego: se ríe sagazmente del presuntamente mundo más sagaz....