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Showgirls

Drama La joven y ambiciosa Nomi Malone (Elizabeth Berkley) viaja a Las Vegas con el objetivo de convertirse en una estrella del espectáculo. Empieza trabajando como bailarina de strip-tease, pero acaba consiguiendo una audición para cantar en el coro de una obra del Casino Stardust, donde trabaja la starlette Cristal (Gina Gershon). Sin embargo, Nomi no tardará en darse cuenta de que el mundo que la rodea es más duro y menos brillante de lo que pensaba. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 103
Críticas ordenadas por utilidad
19 de abril de 2013
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra que no es tan mala como la pintan he de reconocer que tiene puntos extra. Pero primero vamos al análisis imparcial dentro de lo posible.
La obra es bastante ligera, como la protagonista, y se deja ver sin problemas. Tiene algunas subtramas absurdas pero se aceptan las principales como el querer ser el mejor o ese momento de soñar para encontrarse con la cruda realidad.
Las actuaciones muy justas. Pero bueno pasemos a lo sentimental que le suma puntos.

-He visto "Striptease" y "Yo soy la Juani". En comparación esta obra es "El Padrino".

-Me enseñó una profesión maravillosa y hasta entonces desconocida: Endurecedor de pezones.

-En "Los Simpsons" se habla de ella a la perfección. Homer disfruta de el desfile de silicona y Marge de, y cito textualmente "la amistad entre la costurera y la bailarina".

-Por edad, una serie juvenil de la que era fan se llamaba "Salvados por la campana" donde una de las protagonistas era la, en esta obra, exuberante Elizabeth Berkley.

Con todo esto, de una reconocida injusta forma, le doy un aprobado por los pelos. Por los pelos que le faltan a la Berkley en el ....
FOR8NER
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8 de agosto de 2013
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, que me parece notablemente injusto este 3'7 que lleva por bandera aquí nuestra película de cabecera. No es una obra maestra, para que nos vamos a engañar. Pero bajo mi humilde e intrascendente opinión tiene su puntito y resulta hasta entrañable.
Es una peli creo yo, sin pretensiones, que quería aportar y transmitir lo que vemos, sin mas intención de sentar cátedra en materia alguna. Describir en todo caso un ambiente y unas ambiciones, de forma un tanto caricaturesca y rozando la parodia, pero no creo que le quede mal del todo a la película.
No está mal hecha esta producción, es entretenida, tiene un ritmo tolerable que no decae y que mantiene cierto interés en el espectador por la suerte de la protagonista y por la posición que logrará alcanzar en este turbio mundo del ocio y espectáculo para adultos en la meca del vicio y de la perdición, que representa Las Vegas.
A mi me parece que el director es consciente de los tópicos en los que cae al amueblar la película, y no rehuye de ellos. Se sirve de ellos para definir el propósito de parodia de una realidad que quiere retratar.
Y me resulta hasta emotivo la forma de cerrar el círculo respecto al inicio del film con la escena final. Es como si pretendiera transmitir el mensaje deque tanta ambición, tantos sueños, tantos delirios de grandeza y de alcanzar un plano superior, para al final volver al exacto punto inicial... E igual en la sencillez y en la carestía de la que provenía, halla la paz.

Bueno, y además ver media película a esa Elizabeth Berkley que cuando "Salvados por la campana" su retrato salía en el diccionario al lado de las palabras "casta" y "celestial", semi desnuda y en tetas, es mas que suficiente mecha para echarle un vistazo a la cosa.

Resumiendo, que celda 211 tenga un 7'8 y ésta un 3'7 es para replantearse en que mundo viven mucho de los votantes de esta insigne página.
chandler bing
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22 de agosto de 2016
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nosotros teníamos plena confianza en Paul. Conocíamos las cifras de sus películas anteriores. Ya habíamos trabajado juntos anteriormente con sustanciosos resultados para mi cuenta de Las Bermudas. Instinto básico no costó mucho y reventó las salas. Ahora bien, que yo y mis asesores tuviéramos plena confianza en él no quita para que en sus películas siempre hubiera algo un poco rarito. En Robocop, por ejemplo, había un tono excesivamente irónico y sutil, justo de ese tipo particular de sutileza que puede hundir la recaudación. O qué me dicen de Starship Troopers, sí, todo aquello de poner a los personajes de OC o Beverly Hills o Friends en medio de una sociedad fascista y mostrar como esos jovencitos encajaban perfectamente sin necesidad alguna de adaptación, vaya, que no sólo no echaban nada de menos sino que incluso parecían disfrutarlo. Yo quiero mucho a Paul. Conozco a sus nietos. Sé donde vive. Pero a mí todo eso siempre me pareció un poquito raro.

Tan raro como cuando ojee el guión de Showgirls, que Joe escribió a unos cien mil dólares el folio. Ojear aquello era como pegarse un tiro en el pie. Y cuando finalmente Paul nos enseñó la película… bueno, sentí como que se estaba riendo en mi cara. Y efectivamente eso era justo lo que él y Joe estaban haciendo. Paul me daba palmaditas en la espalda y no paraba de repetir que había tetas, <<un montón de tetas>>. Bueno, vale, admití, hay buenas tetas e incluso algún jugoso chumino, pero se suponía que esto debía ser un taquillazo. Muchachos, les dije, lo primero que aprendí en esta industria es que si te ríes del público con tanto descaro este se suele molestar.

Para empezar está el tema de Las Vegas, desde esta industria y otros sectores no menos respetables nos hemos esforzado mucho en presentar esa ciudad como un lugar molón, una ciudad tan chachi e irresistible que incluso la ostentosidad, la depravación o la lascivia pueden molar en ella. Un prodigio arquitectónico de talla universal. Un templo del hedonismo en el que todo aquel que se lo pueda permitir podrá disfrutar observando cómo inocentes ancianitos se juegan el plan de pensiones y luego prostituyen a las que podrían ser sus nietas. Nos ha llevado décadas, décadas, hacer parecer normal semejante tinglado para que ahora llegue un holandés y se ría de todo nuestro trabajo al respecto. Y la cosa no acaba ahí, de hecho me pareció que cada plano de la película era una ofensa a nuestro modo de vida; me pareció la película más sarcástica, ofensiva y autoconsciente que se ha hecho sobre nosotros. Y bueno, que lo hiciera un Godard, vale. Total, ni Dios se iba a enterar. Pero que lo hiciera Paul, y de esa manera, y con nuestro propio dinero, eso molesta.

Mientras la veía tuve la certeza de que Paul y Joe estaban dejando como jilipollas a todos y cada uno de aquellos que soñamos con un fin de semana en Las Vegas. De que ambos debían de encontrar despreciable cuanto sucede en esa ciudad. No respetaron nada, ni la ciudad ni los shows ni los casinos ni a los trabajadores ni a los turistas. Nada. De hecho daban a entender que todo aquello era hortera, deforme, decadente y exagerado (recuerdo perfectamente la escena de la piscina o la paliza del final, donde ya apenas disimulan la parodia y el sarcasmo). Y que una ciudad así sólo podía suceder cuando tienes, no sé, digamos 300 millones de imbéciles dispuestos a creer en ella. Porque tal y como lo muestran, algo tan enorme y enfermizo sólo puede existir si la mayor parte de la sociedad sobre la que se sustenta vive en una especie de delirio colectivo, sueña con fantasías estúpidas y tiene tanta sensibilidad como Unabomber. Paul se reía de mi y alegaba que en su película Las Vegas no era diferente a cualquier Disneyworld. Eso mismo dijo, vayan ustedes a saber por qué.

Parecía no entender que a la gente le gusta creer que las cosas son sencillas, que desean identificarse con los personajes y que en una película que va de un show el personaje debe triunfar con el show y el triunfo ha de ser algo bueno en sí mismo. ¿Y qué hizo él? Hizo una película llamada Showgirls en donde los shows son grotescos y las girls ni son especiales ni tienen empatía y ni tan siquiera personalidad, una película con un final decadente que recuerda a esos chistes que nunca acaban, una película realizada con una técnica brutal pero al servicio del mal gusto; una película que, por decirlo suavemente, defecaba sobre su propio target diciéndole aquello que no quiere oír y mostrando lo que no quiere ver justo de la manera en que no desea verlo.

Pero Paul, Paul, hijo mío. Que están tomado coca-cola y palomitas. Con todo lo que nos ha costado hacer creer que las hamburguesas son comida y que los concursantes de OT son gente normal (o más exactamente, que lo normal debe pasar por ser como ellos); con todo lo que nos ha costado convencer a la gente de que tirar el dinero en una ruleta, o en un show en el que se muestren tetas, es una idea maravillosa; con lo difícil que es hacer infeliz a la gente incrustándoles deseos y metas absurdas; con lo que nos ha costado hacer creer que un chumino en Las Vegas es algo con glamour; ahora vienes tú a desmontar el tinglado. Yo ya se lo dije, te van a comer vivo. Pero a él le daba igual: <<muchas tetas grandes, triunfo asegurado>>. Y tenía razón. Los dos la teníamos: fueron en masa a verla y se sintieron masivamente ofendidos. 7 Razzies. Claro que 7 Razzies para alguien que parece despreciar tan profundamente nuestro modo de vida casi podrían considerarse como un reconocimiento a lo acertado de su crítica sobre nuestra incapacidad para discernir siquiera sobre lo más elemental (no hablemos ya de autocrítica), nuestro materialismo radical y, paradójicamente, a los miedos y deseos sobre los que éste se apoya. Fijo que él lo cree así. Exactamente igual que mi cuenta de las Bermudas. Paul, vuelve cuando quieras.
Donald Rumsfeld
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5 de marzo de 2020
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Showgirls es una muy buena película, digan lo que digan los críticos.
¿Que tiene de malo esta película?
La historia engancha, Elizabeth Berkley esta que se sale, los números musicales molan y las escenas sexuales son de lo mejor.
Sinceramente la historia es muy buena. Chica de pueblo joven y guapa va hasta las Vegas a hacerse bailarina profesional. El sueño de poder convertirse en alguien importante,cueste lo que cueste.
La crítica la destrozo. No se entiende aún porque.
Paul veroheven hizo una obra maestra. El tiempo ha jugado a su favor y hoy en día es considerada de culto. Por fin el tiempo pone las cosas en su lugar.
Está película es de obligada visión para todo cinefilo que se precie.
Una película incomprendida junto con su director, el cual a firmado otras obras notables como la famosisima instinto básico, la genial starship troopers y la maravillosa el libro negro. Échenle un vistazo a su época holandesa, este hombre sabe dirigir y sabe mantenerte sentado frente a la pantalla para no perderte nada.
Showgirls es la gran obra maestra que no supieron apreciar.
Teddyblues
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8 de marzo de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elizabeth Berkley, era tan mala actriz, como excelente bailarina de strip-tease. Ciertamente está muy mal interpretada y el guión podría haber salido con facilidad de cualquier telenovela para adultos, resumida en película.

Creo que Paul Verhoeven deseaba ofrecer un producto distinto dentro de esa línea ampliamente destacada (Instinto Básico) aunque en esta parecía dispuesto a entregar un poco más de carne erótica.

Aunque la nota media está muy dividida, el balance global roza el cuatro. Lo cual viene a demostrar que siempre se ha de cuidar con minuciosidad, cualquier aspecto técnico y artístico en toda producción cinematográfica.
LEUGIM
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