The Night Visitor

Uno puede decir que esta película no es seria, que es una astracanada, un puro disparate. La historia de una venganza rocambolesca, una parodia extrañísima del Conde de Montecristo. Y, sin embargo, cabe sostener a la vez que se trata de una película genial. Dejemos aparte el hecho de que tres actores de la categoría de Von Sidow, Liv Ullmann y Trevor Howard se junten para protagonizar un film de acción y violencia. Lo asombroso es la perfección de todas y cada una de las difícilísimas escenas y el ingenio desplegado en su desarrollo y en su final. Maravillosa la puesta en escena. Excelente también la banda sonora de Henry Mancini. Y negro, muy negro el humor.
Si alguien cree que ha visto todo en cine y no conoce "El visitante nocturno", se llevará una gran sospresa

Me ha sorprendido. Por buena. Una joya, una rareza, una película que hay que ver. Con un final un tanto sorprendente, de papagayo.
Me ha gustado Max Von Sydow, muy en su magnífica línea del gran actor que es. Liv Ulman también muy bien, y un gran Trevor Howard que siempre da una imagen de actor espléndida...
La trama no se olvida, es un tanto trepidante, bien rodada y muy bien conducida. Película, en definitiva, que hay que ver.

Empieza la película y vemos a un individuo en camiseta y calzoncillos corriendo por la gélida estepa escandinava. Hay que estar loco para hacer esto, y en efecto, el tipo muy bien de la cabeza no está precisamente, ¿o sí?, resulta que está internado (aunque consigue fugarse) en un manicomio al haber sido acusado de homicidio. Homicidio que puede, o puede que no, haya cometido él. El menda en cuestión lo que pretende es ajustar las cuentas a los responsables de que haya dado con sus huesos en un psiquiátrico, personas muy allegadas a él por cierto.
La cinta, sin ser gran cosa, mantiene el interés hasta el final, como digo en el título de la crítica .El argumento es sencillo, una vez más lo más destacable es el excelente trabajo de los actores, los "protegidos" de Ingmar Bergman, Max von Sydow y Liv Ullmann, así como el británico, siempre grande, Trevor Howard.
Me sorprenden (gratamente) las buenas críticas que tiene está película. Me uno a ellas. Sin ser gran cosa, reitero, entretiene. Tiene un aire muy de los años 70.

Extraña co-producción, mezcla de muchas cosas, empezando por su reparto, en el que los bergmanianos Max Von Sydow y Liv Ullmann comparten cartel con Trevor Howard.
Si bien en la variedad está el gusto, no es menos cierto que quien mucho abarca poco aprieta, y precisamente ahí radica el principal problema de “El visitante nocturno”, que en su afán por integrar subgéneros sin decantarse del todo por ninguno, acaba resultando un batiburrillo de ardua digestión. A bote pronto y sin ánimo exhaustivo, sus responsables nos sirven un “thriller” nórdico “avant la lettre” entreverado de película de fugas carcelarias. Tenemos también el psicópata de turno y, por si fuera poco, ribetes de los dramas naturalistas de Strindberg.
Así, no extraña que el argumento carezca del menor sentido, lo cual no parece preocupar en exceso a su director, un Laslo Benedek que, al contrario, da la sensación de tirar por la calle de en medio sin parar mientes en las abracadabrantes situaciones a que se ven abocados unos personajes que tampoco entienden nada. El rictus perennemente dibujado en el rostro de Trevor Howard es especialmente ilustrativo a tal respecto: “¿Qué pinto yo aquí?”, debió de estar preguntándose durante todos y cada uno de los días que se prolongó el rodaje.
En fin, pese a que el elenco —insisto en que de indiscutible relumbrón— hace lo que puede con sus absurdos papeles, a la más que competente fotografía a cargo de Henning Christiansen —el paisaje sueco y las noches blancas de verano ayudan lo suyo—, y a que no ha envejecido tan mal como numerosas producciones coetáneas, “El visitante nocturno” es una cinta fallida; ello demuestra a las claras que, en el cine, sin un guion detrás, el resto es pirotecnia.