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Soldado anónimo

Bélico. Drama Crónica sobre la guerra del Golfo: imágenes de pozos de petróleo ardiendo en la noche, reclutas ruidosos y llenos de entusiasmo, pero también atemorizados ante la idea de toparse con el enemigo en cualquier momento; chicos que juegan al fútbol con las máscaras antigás puestas, mientras esperan el correo. Sin embargo, en esta situación infernal nacen grandes amistades y lealtades incondicionales. Así nació la hermandad de los “jarheads” ... [+]
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Críticas 111
Críticas ordenadas por utilidad
13 de enero de 2006
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jarhead de Sam Mendes no es un alegato anti ni pro bélico. Jarhead es la historia del marine Anthony Swofford, un muchacho inteligente y fuerte, hijo y nieto de marines, que se enfrenta a todo el proceso de formación y posterior envío al desierto árabe durante las escaramuzas norteamericanas salvaguardando (el petróleo de) Kuwaitt. Su mirada es el hilo conductor de la película, en contraposición con la imagen standard que la televisión ofreció durante el conflicto, siempre imágenes nocturnas de misiles, bombas y destellos, con destinos confusos e ilusorios. Jarhead de Sam Mendes es una excelente incursión en el impacto íntimo de una experiencia bélica muy concreta, una interesante invitación a revivir no tanto lo que sucedió y sí más lo que Swofford vivió y relató en su exitoso libro.

Posicionamientos políticos y éticos a parte, Sam Mendes (y con él el guión de William Broyles Jr.) se interesa esencialmente por el periplo vital y emocional de su personaje - un Jake Gyllenhaal realmente extraordinario – y así impregna toda la película no sólo de sus experiencias, sino también de su instinto, de su contención y su explosión, de sus confusiones, de sus deseos y frustraciones, de su impotencia y de su desbordante energía. Mendes admira a Swofford, lo entiende dentro de su contexto, y le es fiel hasta el final. Comparte con él desde su deseo de matar hasta su amor por Cristina, a sabiendas de que la propuesta del filme, la propuesta de Swofford en definitiva, es ambigua y compleja, mucho más intuitiva que racional, y por ello difícil de digerir en muchos momentos.

Abundan las referencias al cine de guerra, homenajes nada camuflados en el caso de La chaqueta metálica (Stanley Kubrick, 1987) o directamente la proyección a los marines de Apocalipsy Now (Francis Ford Coppola, 1979), pero antes que jugar a las licencias Mendes apunta la inevitable importancia del cine – sus imágenes y también su música- en la confección del imaginario bélico de todos nosotros, y con ello de su personaje. La escena de Swofford gritando durante la proyección recuerda, genialmente invertida, al bueno de Álex sufriendo el método Ludovico en La naranja mecánica (Stanley Kubrick, 1971).

Claro que todo el mérito no recae en Sam Mendes, porque también ayuda el trabajo en la fotografía de Roger Deakins (asiduo de los Cohen), al dibujar sin excesos un desierto confuso, pálido y ajeno a todo, fundido con el sol en una misma cosa, y el trabajo en la música y la elección de la banda sonora de Thomas Newman, que recupera (deseo de Mendes, eso sí) una pequeña joya de los 90, entre otras, como es Something in the way.

Nirvana pone la música y Sam Mendes las imágenes. Anthony Swofford se reserva unas palabras: Every war is different, every war is the same.


Francesc Páez
Formatocine
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22 de enero de 2006
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para empezar decir que Sam Mendes ha hecho solo dos películas anteriores, y las dos me parecen geniales. Por eso las expectativas eran grandes. Y es evidente que esas expectativas no se han cumplido del todo. Supongo que es muy difícil mantener el listón tan alto siempre.
En cualquier caso Jarhead ofrece una visión diferente de lo que es ir a la guerra. Todas las películas bélicas siempre muestran las grandes batallas y escaramuzas, los grandes momentos de una guerra. Esta en cambio nos muestra una guerra sin batallas ni enfrentamientos. Solo hay tiempos muertos, espacios vacíos que rellenar dedicándose a la nada. Y ese aburrimiento que se acaba convirtiendo casi en desesperación queda muy bien reflejado en la película. Son varias las escenas que lo muestran de forma en muchos momentos brillante. Pero la película no da mucho más, y al final quedan ganas de saber más sobre lo que se está viendo.
Sam Mendes vuelve a demostrar, esta vez en colaboración con Roger Deakins, que su talento para crear imágenes y momentos visualmente fascinantes sigue intacto. Aquí , en cambio, si se le puede acusar de algunos de estos momentos son gratuitos y puramente decorativos.
Por último, y no por ello menos importante, los actores. Están todos brillantes con una mención especial para Jake Gyllenhall. Aguanta todo el peso de la película y refleja perfectamente la transformación que sufre el personaje durante esos meses en la "guerra".
ernesto
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28 de marzo de 2006
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jarhead es un film sobre la guerra, pero no de guerra. Quienes améis el cine bélico en su concepto más típico, quizás esta no sea vuestra película: aquí no hay duras y sangrientas batallas, ni escenas y más escenas cargadas de acción. Lo que se nos pretende mostrar es qué hay en realidad de fondo en todos esos soldados, tenientes y cada uno de los hombres (y mujeres, aunque en este caso no las haya) que forman parte de cualquier comando u operación de guerra.

No son las batallas lo que priman, sino el día a día: todo gira en torno a la propia soledad y a la convivencia con el resto de compañeros. A pesar de tener un arranque interesante, se echa en falta mayor detalle: se nos presenta al protagonista desde que entra en el cuartel, sin conocer ningún dato sobre su pasado y se antoja insuficiente la representación del entrenamiento al que se ve sometido; algo que puede parecer precipitado al espectador por la rapidez con la que suceden los acontecimientos. Sin embargo, con ello también se quiere hacer notar la total desconexión con el mundo y lo radical del cambio, y para ello se ayuda en algunos momentos, de películas como "La chaqueta metálica" y "Apocalypse Now", a las que hace ciertos guiños con el objetivo de demostrar la visión que los propios soldados tienen de la guerra: ansias de matar.

Pero si hay algo que destaca del film es la fotografia. Bellísimas las escenas del desierto. Impactantes las de la lluvia de petróleo. Grandísimo trabajo por parte de Roger Deakins, con unos contrastes que, aun pudiendo parecer confusos inicialmente, nos llegan a dar una señal más de la diferencia entre lo vivo y lo muerto... En cuanto a la BSO de la película, es muy buena, con canciones de Public Enemy, entre otros, y composiciones típicamente bélicas que consiguen despertar en el espectador un "subidón" en las escenas anteriores a las batallas... o, al menos, "supuestas" batallas.

En el apartado de las interpretaciones, el protagonismo de Swofford hace que veamos el excelente trabajo que realiza Jake Gyllenhaal (a quien veremos próximamente en Brokeback Mountain, y recordado por el gran público por "El día de mañana"), por reflejar cómo el personaje va ganando en carisma y actitud con la estancia en el desierto y que nos viene a demostrar que este actor es una de las futuras estrellas, si no presentes, de Hollywood. También mención más que positiva para Jamie Foxx por su interpretación del Sargento Sykes, y para Peter Sarsgaard como compañero de combate de Swofford.

Sam Mendes, con su último trabajo, cambia de registro (American Beauty, Camino a la Perdición) para reflejarnos el lado humano de la guerra. Aunque no sea probablemente su mejor película, sí merece un notable, especialmente por la calidad de la fotografía y la perspectiva desde la que se nos muestra los conflictos bélicos.
cpcionglez
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17 de mayo de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos puristas creen que el cine bélico anda de capa caída. Las producciones más recientes se centran más en la psicología de los personajes y la inutilidad de las contiendas. Atrás quedan las hazañas militares y las grandes batallas que se veían en clásicos inmortales como "El puente sobre el río Kwai", "Doce del patíbulo" o "El día más largo", pero no siempre los nuevos puntos de vista tienen que ser necesariamente los peores.

"Jarhead" sigue siendo cine bélico, a pesar de lo que digan los puristas. Sus evidentes referencias a obras maestras como "Apocalypse Now" o "La chaqueta metálica" son bastante claras, y el día a día de los marines sigue siendo cine bélico a pesar de que no haya ni un sólo disparo al enemigo en toda la película. Ello no supone que "Jarhead" no sea interesante, o que sea aburrida como han apuntado en algunos comentarios; simplemente es otro punto de vista para mostrar cómo se vive la guerra para según quién nos la cuente. Si Mendes hubiera querido mostrar espectáculo y acción, hubiera optado por rodar una película sobre los soldados de las fuerzas aéreas, verdaderos y casi exclusivos protagonistas de la victoria americana en la operación "Desert Storm", pero no es su estilo.

Es un filme narrado, enlazando el principio con el final mediante una declaración que resume a la perfección todo el filme: un hombre se pega a su fusil de forma casi simbiótica durante la guerra, pero cuando finaliza y vuelve a su vida, sus manos siguen sintiendo el fusil aunque con ellas construya una casa, cambie los pañales a su hijo o haga el amor con su mujer.

El verdadero infierno en esta película no es la guerra en sí, sino su ausencia; la rutina del campamento y la instrucción aumenta la ansiedad de unas tropas entrenadas para el combate, pero no para esperar viendo cómo se pasan los días en un infernal desierto, magníficamente plasmado en la excelente fotografía. El verdadero enemigo es la desesperación y el exceso de tiempo para pensar en lo que han dejado atrás por estar allí, es lo que alimenta las neuras y las comeduras de coco de los "Jarhead": por muy vacías que estén, sus cabezas se llenan de pensamientos pesimistas que la mayoría de las veces se hacen realidad, como sucede con la alargada sombra de la infidelidad.

Jake Gyllenhaal no ha sido nunca un actor de mi predilección, pero hay que reconocer que no lo hace nada mal en este filme. Al principio, su personaje no logra convencerme lo más minimo, pero gana enteros conforme avanza la cinta. El que no defrauda nunca es Jamie Foxx, muy versátil y cómodo en su papel.

En fin, Mendes ha hecho un trabajo algo más que correcto, y el resultado quizás decepcione a los más puristas del género pero no se le puede negar su impecable puesta en escena y su capacidad de diseñador, dotando a la cinta de cierta aura de originalidad. Recomendable
Richy
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24 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Retrato de la primera guerra del Golfo desde la perspectiva de un grupo de marines duramente adiestrados como francotiradores. Desde su preparación en los campamentos americanos, hasta su viaje al Golfo realizando misiones rutinarias sin cruzarse con un sólo soldado iraki. Están tan obsesionados con su trabajo que sufren por no haber disparado una sóla bala ni haberse cobrado ninguna víctima. Tan dura es su preparación tanto física como psicológica, que nunca, aunque estén en casa, dejarán de ser soldados, francotiradores, cabezabotes, como se llaman a sí mismos.

Película con una banda sonora estimable y una preciosa fotografía, tanto del desierto como sobre todo las escenas nocturnas con los pozos de petroleo ardiendo al fondo, Sam Mendes dirige con maestría a actores de la talla de Jamie Foxx o Jake Gyllenhaal entre otros, con un mensaje aleccionador a la juventud americana de que son la nación salvadora del mundo, y cuando les llaman a filas deben dejar todo para defender a su patria, aunque muchos de ellos saben que lo que van a defender son los intereses económicos de las grandes compañías petroleros y no la defensa de la libertad, y para ello dejan atrás sus relaciones, sus matrimonios, sus parejas y sus hijos, siempre en el desempeño de su deber. Demasiado mensaje patriótico a mi modo de ver.

Película bélica donde no se produce ninguna batalla a la antigua usanza, y en ese sentido poco espectacular. Un notable bajo por su calidad técnica, un 7.
andeltor
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