Dead 7

Hace unos veinte años apareció un grupo de jovenzuelos que hacían las delicias en las feromonas de la chavalada con sus voces líricas, sus complicadas coreografías y su comedido punto macarra para gustar a los hijos sin escandalizar a los padres. Los llamados Backstreet Boys lo petaron en las listas de discos más vendidos y tuvieron infinitas giras mundiales, pero como todo en la vida, la moda pasó y si bien no llegaron a desaparecer del todo su repercusión es, en estos momentos, mucho menor de lo que llegaron a ser. Y tan bien les ha ido que uno de ellos ha escrito un western-road movie-zomedia con algunos de sus colegas para la productora The Asylum, o como los amantes del cine basura llamamos, “tocar el cielo”.

Años más tarde de que una infección zombie arrasara con el mundo, la sociedad ha retrocedido hasta la época del viejo oeste. Pero todavía hay una esperanza de acabar con el germen de la pandémia, para ello van a reunir con lo más salvaje que puedan encontrar.

Resumiendo, la película es mala a rabiar. Aconsejo alejarse de ella a no ser que sepas a lo que vas, pues tampoco es de aquellas que es un no parar de risas, de hecho tiene momentos bastante estúpidos y, lo peor de todo, aburridos. No se sabe muy bien lo que está pasando del todo, se le da mucha importancia a cosas que luego dan igual y los personajes, pese a que se esfuerzan en darles personalidad, son más planos que un folio. Pero realmente no sorprende cuando ves que la productora es The Asylum, un pequeño milagro de la industria, que se dedica a hacer películas como churros con bastantes similitudes (por no decir plagios) a una gran superproducción que se estrene próximamente, de dónde saca el dinero o cómo puede rodar tan deprisa es un misterio. Es el bazar de saldo de la industria del cine. En este caso hace un “homenaje” al remake de Los Siete Magníficos, que se estrenará en breve, y con zombies, que siempre son un valor seguro.

El principal reclamo de Dead 7 es contar con tres de los cinco integrantes de los Backstreet Boys que van paseándose por ahí, Nick Carter, A.J. McLean y Howie Dorough. Carter lo da todo, pues también es el guionista de la obra y se reserva el papel principal aunque creo que es el que menos habla de todo el reparto. A.J es el villano haciendo una especie de imitación del Joker, es horrible y a la vez de los que mejor salen parados. Howie, por su parte, es una especie de samurai, copia descarada de Michone de The Walking Dead y bueno, va dando espadazos por ahí. Y quitando a Joey Fatone (Army of the Damned) que tiene un par de chistes graciosos, el resto del reparto es insustancial y prescindible, pero es que tenían que ser siete para que encajara con el título. En el papel de villana está Debra Wilson, no se puede negar que lo intenta y que le echa ganas pero es que tiene unas líneas y pone unas caras que, por lo menos, crean incertidumbre. Este desastre lo dirige Danny Roew (Shotgun Wedding) pero sinceramente, no creo que sea el culpable de esto, es evidente que es un trabajo por encargo y no lo veo responsable de tal esperpento. Quizás le podría haber puesto algo más de color, que casi parece una película en blanco y negro.

Y ya estaríamos, me hacía gracia ver esta película cuando me enteré de su existencia, pero una vez acabada creo que me la podría haber ahorrado. Te tiene que gustar mucho el cine basura para cogerle el punto a esta, y aún con esas no creo que encuentres momentos memorables. Aprovecha tu tiempo en cosas más productivas, como jugar al Pokemon Go.

https://www.terrorweekend.com/2020/03/dead-7-review.html

El mayor crimen de Dead 7 no es que sea tan mala como padecer un cólico, aguantar un dolor de muelas y tener piedras en el riñón, todo a la vez. Al menos no tratándose de un telefilm de bajo coste producido por Asylum para el temible canal SyFy. El auténtico problema de un bodrio como éste, en el que ni siquiera da la impresión de que los actores sean profesionales, es desaprovechar una idea tan estrafalaria, idiota y divertida como un western apocalíptico protagonizado por los Backstreet Boys, luchando contra una horda de zombis, para perpetrar un ladrillo tan estrafalario, idiota y mortalmente plomizo.
No quiero ni imaginarme el petróleo que Seth Rogen y Evan Goldberg hubiesen podido sacar de una idea tan demencial y desaprovechada: los últimos cinco minutos de 'Juerga hasta el fin' destilaban más ingenio que este impresentable montón de estiercol.

En esta singladura por el lado Z del cine a cargo de "The Asylum" ahora toca una de zombis. Lo primero que hay que decir es que el reparto está lleno de caras famosas del mundo de la música, aunque lo de "caras" no es muy textual porque a algunos no se les reconoce. Para empezar están Nick Carter, que además dirige, A.J. McLean y Howie Dorough de los Backstreet Boys; el gran Jon Secada, al que le sobra toda presentación; Joey Fatone y Chris Kirkpatrick de NSYC; Jeff Timmons de 98 Degrees y Erik-Michael Estrada del grupo O-Town, entre los más famosos. Pero es que el que no canta al menos está relacionado con ese mundo: Lauren Kitt Carter, la que hace de sacerdotisa, es la mujer de Nick Carter y Chloe Lattanzi, la chica del salón que va de blanco, es la hija de Olivia Newton John... en fin.

Sea como fuere tenemos una película que como concepto es bastante aprovechable. La idea es mezclar a los zombis con el oeste o bien con finales del XIX con aires de steampunk, que la verdad es bastante atractivo de ver. Pero es que encima hay que reunir a tipos con diferentes habilidades aunque al final los únicos que sobresalen aquí son el francotirador y el ninja. Ahora bien, el resto de "Dead 7" flaquea irremediablemente, desde una trama que se agota en la nada hasta unas decisiones penosas por parte de los protagonistas, que no sabemos por qué se dividen en dos grupos cuando la idea es que fueran siete, pasando por la pobre ejecución de algunas escenas clave, principalmente las de acción o la misma idea de ¿amaestrar zombis?, ¿cómo es posible? En definitiva, no aburre pero es mala.

Película de zombis a cargo de la productora The Asylum (Sharknado, 2013), que es la segunda película de su director tras Shotgun Wedding (2013), y que tiene la particularidad de estar protagonizada por varias estrellas de la música como Nick Carter, o Joey Fatone.

En un mundo posapocalíptico plagado de muertos vivientes, un grupo de forajidos se reúne con la esperanza de encontrar una cura.(FilmAffinity)

Aunque el hecho de que la producción esté a cargo de la productora The Asylum ya hace atisbar que el producto que estamos viendo no va a ser para nada bueno, Dead 7 consigue sorprender siendo incluso más mala de lo que uno espera, con unos personajes planos y horriblemente interpretados, junto una trama que en ningún momento termina de estar claro que es lo que pretende, más allá de mostrar alguna matanza con zombis. Aunque lo anterior es una cosa habitual de este tipo de producciones, lo mínimo que se busca en estos casos es que la película en cuestión consiga entretener, algo que Dead 7 consigue solo en ciertos momentos, ya que se pierde en una trama confusa e inexistente que es completamente innecesaria.

Dead 7 es una película con poco o nada a rescatar, que consigue aburrir al espectador en sus alargados 90 minutos, donde pretende emular de forma catastrófica westerns mejores.

Nota personal 2/10