Al filo de la sospecha

Película de intriga, de esas de asesinados, abogados y un buen juicio que tanto nos gusta, género que aunque se consagró en la década de los noventa, ya en las anteriores y en concreto en los ochenta nos dejó unos cuantos títulos para ir abriendo boca. La presente es un trabajo llevadero por más que no pueda compararse con los transatlánticos de "Presunto Inocente" (1990), "Instinto Básico" (1992) o "Las dos caras de la verdad" (1996), entre otras obras no menores como "El abogado del diablo" (1993) o "Causa Justa" (1996). Los menciono no tanto para presumir de cultura cinematográfica sino por el parecido que guardan con la presente. Estamos sobre aviso.

"Al filo de la sospecha" te atrae por lo directa, sencilla en su premisa y correcta que resulta. El reparto está bien y el intento de Richard Marquand de jugar al sí es culpable, no lo es y viceversa puede confundir a más de un espectador. Así que sí, resulta entretenida. Lo malo es que echamos en falta una mejor investigación criminal, que se intente una reconstrucción de los hechos, tiene delito que el principio acusado no sea interrogado, y un manejo de las pruebas más profesional. Sin embargo, lo peor es que resulta demasiado obvia la resolución del caso de tal forma que no puede ser otro el final. Por cierto, un desastre la abogada, que actúa como una auténtica boba.

Desde el punto de vista jurídico, y que me perdone Ulpiano si es que se encuentra oculto entre los de la sala, hay, en AL FILO DE LA SOSPECHA, extremos inconcebibles: que la defensora se enrolle con el defendido y la cosa sea más o menos de dominio público chirría igual que un columpio oxidado, y rechina también, cual diente de bruxista, que la misma defensora acuda, en pleno trámite del proceso, a la casa del juez honorable. Por si eso fuera poco, resulta patético que el principal sospechoso, toda vez gestionados los primeros escarceos con la fiscalía, irrumpa a la vista del pueblo soberano como un hombre feliz de sonrisa radiante, squash solvente y caballo tordo.
Con todo, no es AL FILO DE LA SOSPECHA una mala opción para llenar dos horas de asueto. Glenn Close mantiene el tipo, Peter Coyote ayuda, el magistrado de voz sedosa reconforta y Robert Loggia, tan saltarín en Big, sobresale. La banda sonora de John Barry, de su lado, con mucha flauta dulce, es estupenda. Como toda su obra.

Está bien interpretada, pero el guión no depara mucha emoción. Correcta, pero sin fuelle, sin alma. Una intriga judicial poco memorable, ideada con el piloto automático. Da la sensación de que se esmera en limitarse a calcar la fórmula del género punto por punto, teniendo mucho cuidado de no salirse un ápice de lo establecido.

Jack Forrester [Jeff Bridges ], empresario de la comunicación, es informado que su rica mujer acaba de ser asesinada. Como es único heredero, se convierte en el principal sospechoso del crimen cometido con un cuchillo de caza con filo de sierra. Para su defensa contrata a la especialista Teddy Barnes [Glenn Close] pero entre ellos surgen sentimientos amoroso, de manera que la abogada se encuentra en la tesitura de estar defendiendo a un cliente que al mismo tiempo su amante. Se da la particularidad de que el fiscal Thomas Krasny [Peter Coyote] y la abogada han sido compañeros en malas relaciones anteriormente. El juicio, que ocupa una parte considerable de la película, discurre entre la tensión entre abogada y fiscal y la búsqueda de la pruebas de incriminación. Forrester sale absuelto pero las dudas asaltan a la abogada. [seguir en spoiler]


Actores desiguales. Glen Close se encajó en este tipo de películas con “atracción fatal”, Jeff Bridges no ha levantado cabeza y Peter Coyote está desaprovechado en esta cinta. Película de suspense aceptable desarrollado en la sala del juicio, más que en el exterior. Entretenida pero algo reiterativa por las muchas que se hicieron con el mismo argumento. El director siempre busca la ocasión de sembrar la duda en el protagonista. El suspense consigue entretener al espectador.

La verdad que por el título y por el reparto parecía una película bastante prometedora, pero es una película muy floja, mal dirigida y no quiero decir mal actuada porque los actores intentan salvar las escenas como pueden, pero es una película que presenta una trama judicial muy floja y poco atrayente.

La película tiene un gran reparto, dos actores de lujo que no saben como salir de las escenas y la trama está tan mal contada que parece que la película está hecha hasta la mitad, se queda sin presupuesto y se acaba la historia.

Es una película muy floja donde el argumento es muy predecible y fácil de suponer.

Una película que ha caído totalmente en el olvido, y con toda la razón.