Narcos (Serie de TV)

Tres temporadas de 10 episodios cada una. Las dos primeras se podría resumir en decir que es un polémico biopic (como casi todos por no ajustarse a la realidad) del famoso narcotraficante Colombiano Pablo Escobar, interpretado magistralmente por el Brasileño Wagner Moura. La tercera se centra en la insistencia de desarticular el carter de Cali por la DEA.
Se ha escrito y hablado mucho de la figura de Pablo Escobar, pero por primera vez se ha profundizado mucho y de manera muy explicita, y es de agradecer, en una serie como esta, mostrando como este delincuente aterrorizó a todo un país con tal de salirse con la suya.
La serie esta muy bien explicada con la ayuda de una voz en off e intercalando imágenes reales de archivo de la época, sin hacer apología y sin exaltar a un asesino como fue este, pero si echando de menos y ocultando la historia de los sobornos que sufría y aceptaba tanto el gobierno Norteamericano como la DEA por parte de los narcotraficantes, ya que profundizan en contar, que lo cuenten todo ¿O eso lo quisieron evitar por que la producción es Norteamericana y querían dejar claro que los malos eran muy malos o los buenos muy buenos?
La serie por su excesiva emoción lleva a no poder dejar de verla y tragarla de un tirón aun sabiendo lo que se puede ir encontrando en ella. Escenas muy violentas, traiciones,pulso al poder, egocentrismo elevado a la máxima potencia, indignación, drama y dolor, mucho dolor hace de esta serie un argumento rico y dinámico, con un ritmo muy acelerado lo que hace imposible que sea aburrido y mas aún (como es el caso) si esta acompañado de unas interpretaciones muy notables de todos, repito todos, los actores y actrices que en ella intervienen.
Es una serie que no puede dejar indiferente, o bien la amas por lo bien realizada que esta, o bien la odias por la crudeza que enseña.

El rasgo que más destaco de NARCOS es que parece un documental narrado en formato ficción. Mezclan fotos, grabaciones y videos reales con un guión que no merece crítica. Contado en off desde el presente, Steve - agente de la DEA, sigue la vida de Pablo Escobar. Los inicios del mismo, el modo en que aparece en el mapa de los Estados Unidos, y el camino que lo lleva a su captura. Las dos primeras temporadas se centran así, en la vida de Escobar y el cartel de Medellin, la última en el cartel de Cali.

Buen casting, actores muy similares a los personajes que caracterizan, excelente dupla Murphy-Peña. Intensa, buen uso de los idiomas (van cambiando según la realidad que se enfoque, DEA/cartel). No dejo de lado la crítica que muchos hicieron sobre la serie: el acento brasileño del protagonista que encarna a Escobar, pero a mi no me basta para bajarle puntaje.

Es adictiva, recomendable, con puntos de tensión excelentes! No queda otra chance más que verla.

Gestión acertada de los recursos narrativos y televisivos de una historia tan violenta y despiadada como descriptiva y cercana. La Colombia de Escobar desde el sofá de casa.

Destacar la habilidad de los creadores de la serie en mostrar todas las arístas del personaje de Pablo Escobar. Un narco cruel y ambicioso que acumula riqueza y poder pero que sufre como cualquier persona. De hecho fue localizado y abatido por ejercer su lado más vulberable, la familia.

Chris Brancano, Carlo Bernard, Doug Miro y Paul Eckstein son los artífices de esta serie producida por Netflix y con la acometida principal de relatar los acontecimientos acaecidos en torno a la problemática del Cártel de Colombia y los sucedáneos provenientes de la guerra contra el narcotráfico.

Fue recibida como un fenómeno de masas cuando la llegada de Wagner Moura en su interpretación de Pablo Escobar fuera uno de los puntos fuertes de la producción, pero, sin embargo, detrás de todo este apogeo había una serie con un estilo sobrio y cuidadoso que hablaba del narcotráfico a través de la bandera estadounidense, porque antes de ser una adaptación casi biográfica de la vida del narcotraficante más despiadado y reconocido del mundo, era un visionado sobre la perspectiva legal sobre el problema.

Su mezcla de elementos ficticios como la puesta en escena y la dramatización de hechos y aspectos de todo este material realista y archivístico reinterpretado para la pequeña pantalla fue una decisión que provocaba el ahondamiento en los hechos y en las vidas de sus personajes. Su guion se solventa en las decisiones por querer narrar diferentes puntos elementales en este transcurso delictivo de los grandes imperios de la droga en Medellín y Cali.

Curiosamente, en su intento por definir una valoración, “Narcos” (2015-2017) es un cruce entre el saber comportarse como un documental al mismo tiempo que se reformula constantemente como un buen biopic con una transformación y un camino consecuente con las tramas que ensalzan y desmitifican a unos caídos señores con delirios de grandeza, pero grandes en términos viles y amorales.

A lo largo de sus tres temporadas hasta el final el tono con el que se reinscribe en los finales y comienzos de temporadas elevan el carisma de este trabajo, incluso poseyendo estilo propio dentro de esos planos secuencia que acompañan la violencia y el salvajismo que trae consigo la inmunidad judicial y el poder extremo, los cuales encarnecen y también- en otra escala de planos o muestras cinematográficas de la perspectiva a construir en cada episodio- el auge y la caída, la dolorosa inscripción de un realismo mágico que mengua su carácter y su fortaleza con el paso de los años; la extralimitación o esa fina línea que separa el exotismo injusto con el que se ve la pobreza de los países latinoamericanos y la ambición por salir de esa extraña prisión, sin la garantía de pensar que las cosas deberían establecerse de una manera más correcta antes de empezar en la otra línea de tiro.

Es una de las series más logradas de los últimos años, ya que recoge muy bien el periodo de la Colombia en la era del narcotráfico, ya que tiene un proceso de documentación exhaustivo, como se puede apreciar en la aparición de fotografías y grabaciones reales que aparecen en las escenas.