Buenos vecinos

A primera vista, puede parecer que no es más que un telefilm más, realizado además con poco dinero y sin grandes estrellas.

Pero si se le da una oportunidad, te encuentras una película con uno de los argumentos con más mala baba que me he encontrado en mucho tiempo y un finísimo humor negro (véanse los títulos de crédito finales).

Mucha atención al trío protagonista, a los personajes y a los actores que los encarnan que hacen un maravilloso trabajo.

Dadle una oportunidad, aunque el principio no parezca muy alentador, merece la pena ir descubriendo qué papel desempeñan los gatos, los peces, la rampa....

Eso sí, advierto que hay varias escenas que no son para estómagos sensibles, en concreto hay una que creo que puede alimentar muchas pesadillas y que me ha resultado más pavorosa que todo el gore que haya podido ver.

Por cierto, John Wick, eres un flojo.

El principio es un poco de telefilme de los sábados por la tarde, con un tipo joven mudándose a un bloque de apartamentos y presentándose a los vecinos, al mismo tiempo que en los periódicos aparece la noticia de una chica asesinada.

Un asesino en serie anda suelto por la ciudad. Las victimas son violadas y asesinadas. Una vecina tiene un gato al que adora. Por sor presa el gato vuelve con otro gato y se queda en casa. Un nuevo vecino llega al edificio y va conociendo a la vecina de los gatos. Su hermano le trae otro gato que simpatiza con la chica. Otro vecino va en silla de ruedas y tiene varios acuarios en casa. Hacen amistad y cenan juntos. El asesino sigue matando chicas. Otro día le matan los gatos a la chica y todo con buena presentación y sin grandes pretensiones.