Aachi & Ssipak

Dentro del mundo de la animación todo parece dominado por dos polos: las producciones clásicas estadounidenses al estilo Disney-Warner y las producciones japonesas. Sin embargo hay producciones independientes, algunas de ellas bastante gamberras. Aachi & Ssipak es una de las más gamberras. Con un estilo extraño que no parece tan japonés como debería (las producciones coreanas tienden a parecerse a éstas), la película nos lleva de escena en escena de acción (todas ellas muy espectaculares y divertidas) sin un guión mínimamente coherente que hile todo. Es decir, más allá de las escenas de acción y del aspecto visual de la película, no queda mucho. algunos chistes divertidos, alguna situación simpática y muy, muy poco guión.

Pasable para los que le gusten los productos gamberros.

Para mi gusto, una película tan irreverente como innecesaria. Un argumento escatológico, violencia gratuita (se supone que divertida, pero yo no le veo la gracia por ninguna parte) incesante, personajes imposibles... Visualmente y por su acción sin freno, la he visto completa, porque por lo demás es para olvidar.

Reconozco el nivel de los coreanos con la animación, mucha calidad en esta cinta. Sin embargo, no me gusta mucho el diseño de los personajes, completamente desproporcionados, por no hablar del argumento...

Los combustibles se han agotado y la nueva fuente de energía se obtiene de los excrementos humanos (sí, de la mierda). El gobierno, con el fin de controlar la energía, implanta un chip en el mismo recto de cada recién nacido para tener un control de las deposiciones mayores. Asímismo, como pago por cada zurullo, se le obsequia con una barrita energética. Buena parte de la población es adicta a estas barritas y su tráfico es uno de los negocios más prósperos. Pero hay más, los adictos a las barritas energéticas acaban convirtiéndose en unos mutantes enanos y azules que pierden la capacidad de cagar (con perdón) y con ello no tienen su premio. A estos mutantes se les conoce como "La banda de los Pañales".

Una banda de mutantes con medio dedo de frente entre todos pero armados hasta los dientes, un cyborg policía que es una máquina de matar, varias bandas de traficantes de barritas energéticas, una cabezona que quiere controlar las defecaciones ajenas, un científico loco que recuerda a Frankenstein, un director de cine pasado de rosca, una chica cuyo culo es el objetivo de unos cuantos (y no siempre por el mismo motivo) y dos antihéroes, Aachi y Ssipak, gamberrillos de tres al cuarto que se ven metidos de lleno en el negocio de los mojones y las barritas.

Mucha (pero mucha, mucha) acción, sangre a mansalva, mucha mierda, violencia extrema, sexo y un lenguaje soez repleto de términos escatológicos e insultos, son los ingredientes de esta cinta de animación, donde destaco que es, posiblemente, uno de los títulos donde he visto más muertos que recuerde ahora mismo. Ahí es nada.